El viernes 29 de julio pasado, el Concejo Municipal de Maipú rechazó los recursos de la SUBDERE destinados a la compra de un terreno en el sector de Los Bosquinos, para la construcción del proyecto de condominio de viviendas sociales Flor del Valle.
Este proyecto es patrocinado por la Fundación TECHO, y busca albergar a 116 familias, provenientes de los campamentos La Isla y La Farfana, de Maipú, y Parcela 52 de Cerrillos (en menor medida).
La concejala Marcela Silva (PS), fue una de quienes rechazaron en aquella oportunidad.
12/08
Hoy, viernes 12 de agosto, sesionó el Concejo Municipal de Maipú. Casi al final, y al igual que otras personas, hizo uso de la palabra el capellán de TECHO, Juan Cristóbal Beytía.
Beytía interpeló al concejo en general y a cada una de las personas que rechazaron los recursos para Flor del Valle.
Mirando a la concejala Silva, el capellán leyó extractos de los numerales 3 y 8 de la declaración de principios del Partido Socialista de Chile:
«(…) los socialistas luchan contra toda forma de opresión y hacen de la emancipación y de la igualdad de oportunidades de las mujeres y hombres de la tierra, sin exclusiones, el núcleo de su idea de libertad. Rechazan, en consecuencia, los comportamientos egoístas y excluyentes que la lógica del sistema capitalista impone a los seres humanos».
«(…) el Partido Socialista de Chile aspira a ser un instrumento privilegiado de la lucha de los trabajadores, de todos los que sufren algún tipo de opresión y del pueblo chileno en su conjunto, por abrir paso a una sociedad basada en la solidaridad, en la justicia social (…)».
«Concejala Silva: Eso es lo que dice su partido. Supongo que usted quiere honrar eso», concluyó el capellán. Luego se refirió a la intervención de Silva del 29 de julio:
«Se dijo que TECHO había hecho un pobre trabajo social. Quiero puntualizar que la ley no nos pide que hagamos esto, este tipo de mediaciones. Segundo, al no tener un terreno comprado, es algo que no correspondía hacer, dado que se hace un trabajo de vinculación con personas que podrían no llegar a ser vecinos definitivos. Es un trabajo que TECHO hace siempre, de igual modo.
«Pero no solo eso —siguió—: sí hemos hecho un trabajo, con reuniones con al menos dos juntas de vecinos cercanas al terreno, y representantes de dos centros de madres, en buenos términos. Y, finalmente, tuvimos en una asamblea abierta a los vecinos, con la intención de que pudieran conocer a la directiva de los campamentos, en un trabajo que debemos hacer y comenzaremos una vez comprado ese terreno, para que usted tenga esa tranquilidad».
«Proteger a los vecinos»
Ante ello, la concejala Silva refirió una conversación que sostuvo previo a la votación con una de las dirigentas del campamento La Isla, Zoila Antillanca:
«Yo le dije en esa oportunidad que, con el dolor de mi alma, iba a rechazar el proyecto, en el entendido de que el clima que se estaba generando entre los vecinos [del barrio donde se encuentra el terreno] era muy desfavorable para su integracion en las viviendas«.
«Obviamente, uno se pone a disposición de todos los esfuerzos que se puedan hacer para que este proyecto se concrete —dijo—. Pero en esas condiciones, de verdad… A lo mejor para mí hubiese sido más fácil aprobarlo y me lavo las manos y quedo conforme, pero en este caso esa fue mi decisión, de, a lo mejor, proteger a los vecinos [provenientes de campamentos], a que su instalación en esas viviendas era arriesgado«.
En ese momento, algunas vecinas presentes enrostraron a Silva no conocer la realidad de los campamentos.
«Yo conozco la realidad de ustedes, la conozco —afirmó Silva—. Pero a lo mejor, si se hubiesen instalado ahí [en el sector de destino], hubiera sido peor…».
«¿Peor que seguir viviendo en el campamento?», repuso una de las vecinas.