Por Amanda Catalán.
Tal cual y como leen: “Ir a Los Héroes es un asco”, así se expresó un muy amable conductor de colectivo, abordado por mí y otras cuatro pasajeras, todas mujeres, en la calle Chacabuco.
Realmente hay cosas que no entiendo, Física Nuclear, Mecánica, Cardiología y entre ellas, el hecho de pagar por un servicio y que lo realicen como la mierda. No entiendo la labor del que organiza los automóviles. Sales del Metro con tus bolsas, derrotada del trabajo, y al llegar al paradero el tipo te pregunta: ¿Adónde va?, uno responde con esperanza: a Los Héroes. Hay una fila importante esperando y te dice que te ubiques en ella. Tú como bien mandado y sintiéndote en el colegio, te formas con paciencia. Pasan los minutos y todos los que van a otras partes y llegan después que tú abordan al tiro. Al rato te dicen: Ustedes cuatro vayan al sesenta y algo… Vas, te subes y pagas. Se supone que hasta ahí no hay problema ¿no? Ahora, ¿por qué no entiendo la labor del que ordena a la gente? Les contaré mi anécdota ocurrida el día martes 5 de abril, aniversario de la conocida Batalla de Maipú.
Como fecha importante hubo celebración, desfiles, una muestra al país de lo grandioso de la comuna, lo histórico, etcétera, sin embargo tenemos un gran problema: movilización y las autoridades brillan en su ausencia. Esa tarde, haciendo caso al organizador, abordé el auto que me indicó y pagué al chofer los $900 que cuesta que te lleven a la calle Doñihue, nuevo barrio en Maipú. Entiendo perfectamente que es lejos, por algo te cobran un poco más y no tengo inconvenientes. Las demás pasajeras fueron pagando una a una, dando sus direcciones y ahí fue el problema. Si bien eran puntos diferentes dentro de Los Héroes, el conductor suspiró y dijo para sí mismo en voz alta y clara: Ir a Los Héroes es un asco. Creo que la tensión se volvió corpórea, como un quinto pasajero. Una señora preguntó el porqué de decir eso. El hombre comenzó el siguiente monólogo:
—¿Acaso tiene idea del recorrido que tengo que hacer? Tengo que ir para allá, dar vuelta acá, devolverme, si hicieran casas en San Antonio hasta allá tendría que ir…. —decía, y luego de una pausa volvió a hablar para sí mismo: «Es muy fácil trabajar tras un escritorio todo el día».
Hace unos meses escribí una nota sobre lo complicado que es tomar un colectivo a otras direcciones que no fueran la Plaza Mayor y hoy comprobé que ha empeorado, ahora te reclaman con total impunidad en donde vives. Lo peor es que son estos organizadores los que te dicen que abordes tal auto y luego dentro, el conductor te discute A TI por no vivir en el Templo. ¿Por qué no le discute al huevón que te destina? Una de las señoras le dijo:
—Pero el caballero que ordena los autos nos dijo que nos subiéramos ya que íbamos todas al mismo lado.
—¿Quiere acompañarme durante todo el viaje para que vea el pique? -respondió apáticamente el conductor y ahí fue donde me metí, aun diciéndome a mí misma: no te metas… no te metas porque te echará abajo a mitad de camino… pero no pude evitarlo:
—¿Y tú quieres que vivamos todas juntas en Carmen con 5 de abril para facilitarte la vida? ¿Crees que hay casas disponibles para comprar alrededor del Metro, así no gastas bencina?
—No se trata de facilitarme la vida… —me dijo.
—¿Ah no? ¿Y de qué estamos hablando? Si tuviera otra forma de irme hasta donde vivo lo haría para no tener que pagar por un servicio tan malo.
—Yo también vivo en Los Héroes -me replicó, como queriendo dar el golpe de gracia.
—Ya, pero tú tienes auto, yo no. Si llego a Maipú a las once de la noche, llego casi a las una de la mañana a mi casa porque nadie quiere hacer su pega.
Propongo lo siguiente, primero: si hay personajes que te preguntan hacia dónde vas y el sistema es así y lo será por siempre, entonces AVERIGÜEN MEJOR. Si el cliente dice: Los Héroes, busca especificación: ¿Qué parte de Los Héroes? Tres poniente, pasado Tres poniente, hacia el segundo puente, en fin. Segundo, propongo que el conductor le reclame a ESE personaje su mala distribución en los autos, NO AL CLIENTE. Ya harto tiene el maipucino viajando como sardina en un Metro apestoso, como para que más encima el colectivero te rete por no vivir en el sitio desocupado donde estaba antes el INACAP.
[Imagen referencial].