Encontré a Jaime Barrueto interpretando una melodía folclórica frente al Templo, en el mirador de Maipú con República.
Habíamos quedado de acuerdo en juntarnos allí eso sí, a las 10 de la mañana de un día sábado. Siguió tocando mientras le tomaba algunas fotos. Luego conversamos largo rato.
Jaime estudió escultura en la U. de Chile, pero no egresó. Ahora estudia pedagogía en la U. Católica Silva Henríquez. Es músico. Y maipucino desde la médula.
Pa’ mí es una mierda
De entrada me dice que no le gustan para nada cantautores como Nano Stern, Manuel García o Chinoy. Le pregunto por qué:
“Porque ellos son un poco desarraigados. No beben de la influencia de la gente que viene pa’ atrás, no respetan la historia. Piensan que lo que están haciendo ellos ahora nadie lo había hecho, y se olvidan por ejemplo de Rudy Wiedmaier, Hugo Moraga, Raúl Acevedo, de los Transporte Urbano; de un montón de gente que ha hecho de la canción de autor su manera de comunicarse”.
“En general, pa’ mí, García, Chinoy… Pa’ mí es una mierda. Y súmale a la crítica casi lapidaria que doy de estos cantautores amados por los medios —agrega—, las minas: la Camila Moreno, la Sabina Odone, la Pascuala Ilabaca… un montón de cabras que piensan que gritar, un cantar destemplado y pegarle a a la guitarra es el mejor homenaje que le pueden hacer a Violeta Parra”.
“… Y se olvidan —dice— de que Violeta Parra cuando toca “Volver a los diecisiete” está haciendo una décima. O se olvidan que, por ejemplo, Violeta toca refalosas, rines, chapecaos y periconas. Se olvidan de que “Maldigo del alto cielo” es una pericona, no tienen idea. No tienen idea de los ritmos y de la manera de escribir… Son gallos que no toman la historia y no toman lo que tenemos acá en Chile”.
¿Y por qué deberían hacerlo?, pregunto:
“Porque para aprender a correr hay que aprender a caminar. Y para hacer el camino propio uno tiene que saber cuáles son los caminos que ya están hechos. Al re andar los caminos de la música popular chilena, de partida uno tiene la mejor escuela. Yo escucho a Rolando Alarcón, y para mí es la mejor escuela…”.
Para Jaime, los cinco grandes de la música chilena son Rolando Alarcón, Patricio Manns, Ángel Parra, Isabel Parra y Víctor Jara. Ángel Parra es su principal influencia. Mantienen una relación de maestro a discípulo, en palabras de Jaime. El estuche de guitarra que se ve en la foto es regalo de aquel:
Le pregunto por músicos jóvenes que le gusten.
“Yo siempre he sido admirador de los Vejara. Ellos hacen un rock fusión muy particular. Ahora me gusta mucho una banda maipucina, que son los Ahinko. Y me gusta mucho lo que hacen mis compañeros. Me gustan mucho las canciones de Elvis Tek. Él tiene todo ese desenfado juvenil. Gañán en la Luna también. Gañán hace algo más similar a lo que hago yo…». Agrega a Claudio Revolarra.
¿Qué hace Jaime Barrueto? Acá un video con su homenaje a Alan Rodríguez, militante del MIR acribillado en Maipú por agentes estatales en 1985:
Política
“Mi guitarra es mi arma de lucha”, dice Jaime. Le pregunto si le acomoda más cantar que hablar de política. “Yo prefiero hablar a través de la música, pero también tengo una opinión que decir”, responde.
¿Qué me podrías decir acerca de la sociedad chilena actual?
“Lamentablemente estamos todos cansados. Las instituciones encargadas de mantener el status quo hacen su pega muy bien. La escolarización, la iglesia, hasta los scouts. Hasta los scouts se encargan de eso, de manera muy consciente. Acá no hay casualidades, todo es muy consciente. Es un trabajo de joyería”.
¿Cuál es esa pega?
“Se nos enseña desde chicos que el discutir es malo, que el reclamar es malo. El que reclama es apuntado con el dedo: “Ya está reclamando este huevón…”. En las casas, en las familias chilenas (pensando en la familia en la que yo me crié. Una familia de clase media baja, donde a veces no había para parar la olla…) el discutir o el cuestionarse esa situación, el reclamar, es mal visto”.
Para Jaime, la socialdemocracia también hace esa “pega” muy bien: “La socialdemocracia es lo peor que puede haber. O sea, el Partido Comunista dista mucho de ser un partido comunista, del pueblo, para el pueblo. Sus dirigentes distan mucho de lo que debiese ser un dirigente de izquierda o un dirigente de pensamiento revolucionario. Los mismos que se dicen revolucionarios piensan que decir un par de diatribas contra el mundo, o un par de actividades conmemorativas hacen la pega”.
“Y la pega esta en cambiar la sociedad de raíz, la sociedad en su conjunto, desde las bases. Para eso falta mucho. Somos un país sin historia, que no mira para atrás antes de hacer algo, muy desmemoriado”.
¿Se puede cambiar la sociedad por la vía institucional?
“La institucionalidad puede ser un camino, siempre y cuando sea representativa”.
¿Por qué no lo es?
“En Chile nosotros, actualmente, todos los mayores de 18 años podemos votar, pero no todos podemos ser candidatos. Para que un candidato vaya independiente tiene que juntar alrededor de cinco mil firmas. Para juntar esas firmas tienes que legalizarlas ante notario. Un notario por decreto no te puede cobrar menos de mil quinientos pesos. Multiplica mil quinientos por cinco mil. Estamos hablando de millones. Y pa’ un dirigente vecinal tener diez millones de pesos para legalizar una campaña y para recolectar las firmas es mucha plata. Esa es la primera traba”.
“Y la segunda traba muy importante es que una campaña independiente no puede competir con la macro campaña, con la campaña de masas. Yo no puedo competir con la campaña que tuvo Vittori”.
¿Cuál es el camino?
“Yo creo que uno tiene que ser más activo en la lucha de clases. Y la lucha de clases no es necesariamente agarrar un fusil e irse a la sierra o a Neltume, sino que la lucha de clases también tiene que ver por ejemplo con mis canciones. Yo creo que tienen que haber más cantores, más muralistas, más artistas visuales, que hagan una lucha de clases real. Lamentablemente, acá en Chile las cosas se hacen porque ya se hacían… Faltan más Verbal Torrante, faltan más SubVerso, faltan más Guerrillero Okulto, faltan más Alawaite, faltan más Derrokha”.
Terreno fértil
El gran tema para ti es la lucha de clases…
“Desde un prisma cultural. O sea, por ejemplo, si uno revisa la historia de los grandes movimientos sociales, revolucionarios: la guerra civil española no hubiese tenido la fuerza que tuvo si no hubiesen existido las famosas canciones de la guerra civil, que todos las sabemos; la revolución mexicana no hubiese tenido el alcance que tuvo como gobierno sin los muralistas mexicanos; Cuba no hubiese sido lo que fue sin un Noel Nicola, sin un Pablo Milanés, sin un Silvio Rodríguez”.
“La Unidad Popular le debe mucho a la Nueva Canción Chilena, le debe mucho a la Brigada Ramona Parra, le debe mucho al sello DICAP (Discoteca del Cantar Popular), le debe mucho a La peña del los Parra; o sea, eso era terreno fértil. Si te fijas, era una lucha de clases a nivel cultural”.
“O sea, yo creo que Allende no hubiese llegado al poder en su cuarta candidatura si es que no hubiese tenido un Víctor Jara detrás, un Ángel Parra detrás; y ellos a su vez no hubiesen hecho lo que lograron hacer si atrás no hubiese estado una Gabriela Pizarro, una Margot Loyola, y una Violeta Parra. Nosotros somos todos hijos de Violeta Parra”.
“Mucha gente piensa que hacer política es ser político, pertenecer a la clase dirigente… El ser político —sentencia— es ser un prohombre. Yo no puedo querer la revolución si no hago mi cama antes de salir”.
¿Por qué?
“Porque tú no puedes cambiar el mundo si no te cambias tú mismo”.