Las negociaciones están en un punto muerto.
Es lo que se indica desde el Sindicato de Trabajadores Boston College San Martín, que completó dos semanas de huelga legal, en el marco del proceso de negociación colectiva reglada que se iniciara en septiembre, con la presentación del proyecto de nuevo contrato colectivo por parte de la organización.
Son 54 las y los trabajadores sindicalizados (docentes, mayoritariamente, y asistentes de la educación) pero, por haberse incorporado al sindicato una vez iniciada la negociación, el reconocimiento de diez de esas personas resulta precisamente un punto a negociar.
El proyecto de nuevo contrato colectivo presentado por el sindicato incluía mejoras salariales y de condiciones de trabajo, permisos en caso de ciertos eventos (muerte de un familiar, matrimonio, nacimiento de un hijo), materiales de uso pedagógico (datas, etc.) y bonos (en caso de muerte de un familiar, etc.).
«El empleador, en la respuesta inicial, dijo no a todo», señala el vocero, Felipe Cárcamo. «Después del nada inicial, que era la respuesta formal, ofreció algunas cosas mínimas e insuficientes». Luego vinieron los buenos oficios, con la mediación de la Inspección del Trabajo, «pero ellos no llegaron con nada distinto».
Entonces se votó ir a huelga, de manera unánime. «Nuestro empleador nos llamó a negociar, nos ofreció cosas que permitían acercar bastante las posturas —cuenta Cárcamo—, pero habían solo dos puntos en los que teníamos discrepancias: que la bonificación por ser profesor/a jefe fuese mayor a la actual («porque ser profesor jefe implica un trabajo extra muy grande: atender apoderados, entrevistas a estudiantes, realizar informes de notas, un trabajo adicional»), y; entregar un bono por antiguedad («porque tenemos colegas que llevan catorce años trabajando en el colegio, y ganan exactamente lo mismo que una persona nueva que recién está recién empezando a trabajar»).
«Esos eran los únicos dos puntos en que teníamos discrepancias —continúa—, y nosotros estábamos abiertos a escuchar propuestas de parte de ellos, pero resulta que estando a punto de llegar a un acuerdo, nuestro empleador nos sale con algo que nos dejó atónitos, que fue decir que como no aceptábamos lo que nos ofreció, entonces ahora no nos iba a ofrecer nada, o nos iba a ofrecer mucho menos, y de alguna u otra forma se desdijo de todos los acuerdos en los que estábamos. Eso atenta contra toda lógica de una negociación: que si uno está llegando a acuerdo no puede desconocer las cosas en las que llegó a acuerdo, sino que concentrarse en aquello que falta».
Las y los trabajadores están llanos a conversar, siempre y cuando las negociaciones se retomen desde el punto que alcanzaron en determinado momento.
La Batalla se contactó con el gerente del colegio y este remitió a lo informado en la página institucional. De acuerdo con lo que allí aparece la empresa perservera en su última oferta.