
Rosa Oyarce Suazo es académica, profesional de la salud, tecnóloga médica y magíster en Gerencia en Políticas Públicas por la Universidad Adolfo Ibáñez. Es ampliamente reconocida por su activa labor como Secretaria Regional Ministerial (Seremi) de Salud de la Región Metropolitana, cargo que ejerció en dos períodos: entre los años 2010 y 2013, y posteriormente entre 2018 y 2020.
Como Seremi de Salud, alcanzó una alta notoriedad nacional debido a su estilo directo, enérgico, mediático y en terreno. Durante su gestión, lideró tareas de fiscalización, ordenando la clausura de bares, restaurantes, clínicas, supermercados y productos que no cumplían con los estándares sanitarios. Asimismo, instruyó una serie de sumarios contra quienes no acataban la normativa, representando un riesgo para la salud pública.
Esa mano firme en el ejercicio de su responsabilidad contrasta con su trato amable, cordial y cercano, cualidades que pudimos apreciar durante esta entrevista para La Batalla. En ella, quisimos conocer su opinión experta sobre temas vigentes hoydía como son las condiciones sanitarias en la venta de productos callejeros y la vacunación contra virus respiratorios.

¿Cómo recuerda su paso por la Seremi de Salud, que le dio una gran notoriedad, un impulso en lo profesional, en lo personal?
Bueno, lo recuerdo con nostalgia y con mucho cariño. La verdad es que trabajé con un tremendo equipo en la Seremi, de gente muy valiosa, gente con mucha experiencia y que realmente tenía muchas ganas de trabajar y hacer cosas nuevas.
Esta institución era poco conocida y, la verdad, cuando llegué me reuní con todos y les dije: “Esta institución va a ser conocida por lo que es, por su función y cuál era la misión de la Seremi de Salud: velar por la salud de la población”, y esa fue nuestra labor, levantar la función de la Seremi, que era velar por la salud de la población.
Se asocia el nombre de Rosa Oyarce a una labor muy importante de la Seremi de Salud en el tema sanitario. ¿Con qué perspectiva, en ese tiempo, cuáles eran los mayores problemas, las mayores dificultades? ¿Cuál fue su actuación en ese momento?
Había varios temas importantes en la institución, como su modernización, también de necesidades de la gente. Y uno de los puntos más esenciales es que, para velar por la salud pública, se exige que se bajen las tasas de infecciones y enfermedades transmisibles por alimentos. Ese es un punto. El otro punto es la prevención, también, que está relacionada con, obviamente, las vacunas. Hay otros temas que están relacionados con el desarrollo económico.
Para ir al fondo de un tema que sigue siendo de mucha preocupación: la fiscalización en el tema sanitario, de alimentos, de salud, que usted lideró activamente. ¿Usted cree que hemos retrocedido en ese sentido? ¿Falta fiscalización? ¿Qué nos ha pasado?
Han pasado dos cosas, o tres, o muchas. Pero, esencialmente, lo primero es que en el 2010 teníamos una comunidad en Chile que era, efectivamente, la peruana, que era solamente la comunidad de inmigrantes que, obviamente, rápidamente ellos fueron aprendiendo las reglas y normas del país.
Sin embargo, posteriormente vino una comunidad extranjera a Chile que fue masiva y que, obviamente, no entendió estas normas que tenemos en Chile. Un país con normas sanitarias que han sido, podríamos decir, de lujo, que han sido reconocidas en el mundo por la salud pública que tenemos nosotros.
Sin embargo, toda esta gente que llegó de fuera viene, primero que nada, sin vacunas, no tienen programas de vacunas en sus países de donde provienen. Vienen con normas que no conocen.
En Chile hay normas sanitarias y preventivas, que son bastante rigurosas, pero no las acatan. Y su trabajo ha sido, principalmente, de hacer negocios en la calle con alimentos.
¿Cuál es el riesgo que tiene esta cultura, esta nueva forma?

Ese riesgo es muy grande porque, además, ellos vienen con enfermedades que son desconocidas para nosotros. Por ejemplo, parasitosis que en Chile no existe; vienen con bacterias que en Chile ya están controladas; vienen con enfermedades virales que en Chile también están controladas, y que afectan la salud de la población y que son transmitidas a través de los alimentos.
Por lo tanto, ¿qué hacemos nosotros ahí?, ¿qué nos queda? Que nuestra población, que nuestra gente no compre en la calle. Yo le digo de verdad, he tenido amigos que han comprado un completo en la calle y que han terminado en la posta, en urgencia, pero parece que esta es una práctica que está lejos de terminarse, y creo que va en aumento.
¿Y los efectos sanitarios para la salud de la población son ahora o en un futuro inmediato?
Los efectos en la salud son inmediatos y van a ser de largo plazo, si es que esto no se para. Y tiene otra connotación colateral que es tremendamente grave.
Por ejemplo, hoy día tenemos un 27% de trabajos que no son legales. Tenemos un 9 a 10% de cesantía. Entonces, ¿qué hace la gente? Busca la forma de tener ingresos, y los ingresos los obtiene a través de estos locales en la calle. Algunos les llaman trabajos que no están bajo las reglas y normas, y no tienen derecho a nada. Son personas que no tienen ningún beneficio si no están, obviamente, adheridos a un sistema previsional de salud o también de jubilación.
Entonces, lo que nosotros requerimos es que el país crezca, tenga nuevos emprendimientos que sean legales, que puedan contratar mano de obra, y que esta gente salga de la calle, porque no tienen otra forma de ganarse la vida.
¿Ha bajado la intensidad de la fiscalización? ¿Cómo lo ve usted en el tiempo? ¿Cómo se ha desarrollado?
La verdad, yo creo que la fiscalización se hace, pero está descontrolada.
La gente no está obedeciendo la normativa. Y la verdad es que, además, se han cerrado muchísimos locales comerciales de venta al público, producto, digamos, de los asaltos, de la delincuencia. Muchos negocios se cierran. He escuchado estos días una noticia de que, de 10, 6 se cierran, o 4 de 10 se cierran. Y eso va a seguir en aumento, porque si yo quedo sola en una cuadra, en un sector, quedo sola como local comercial, no tengo a nadie, no tengo ningún vecino que me acompañe, entonces también busco otro lugar y cierro. Esto es una cadena.
Si nosotros no tomamos medidas respecto de lo otro, vamos a terminar con un país muy hundido. Es decir, prácticamente en un hoyo.
Y desde el punto de vista de las autoridades de gobierno, del Parlamento, ¿existen leyes que respondan, digamos, a esta necesidad de fiscalización, de poder mejorar el problema? ¿O hay que implementar nuevas leyes?
Las leyes están. Yo creo que este es un país de los que más leyes tiene. Lo que tenemos que hacer es una revisión. Las leyes son vivas; podemos revisarlas, mejorarlas.
Siempre dentro de este tema de salud, tuvimos el caso de la pandemia, que fue un problema que nos afectó como país y al mundo. Se ha indicado que Chile enfrentó bien el problema. Y lo enfrentó bien desde el punto de vista de la vacunación. Hay ahora un cierto rezago en el tema de la vacunación para un virus importante como es la Influenza. ¿Qué piensa usted como especialista en el tema?
Hay varios puntos ahí. Uno puede ser por cansancio, tanta vacuna. Tuvimos que vacunarnos muchas veces: cinco veces de COVID, la vacuna de la influenza, todas las vacunas.
Pero, principalmente, yo quiero decir algo que está relacionado precisamente con la época del COVID. Cuando venía esto, nosotros tuvimos la información ya en diciembre de que teníamos un virus en China, que habían lanzado un virus, ¿verdad? Entonces, nosotros ya estábamos preparándonos en Chile anticipadamente. Pero eso tiene que ver con la experiencia y los equipos que uno tiene. Yo tenía equipos muy buenos, con mucha experiencia, con los cuales estuvimos revisando y viendo la literatura, revisando todo lo que había hacia atrás en el mundo, histórica, 100 años atrás.
¿Sigue siendo entonces importante la vacunación?
Absolutamente. La vacunación es importantísima. Porque nosotros, cuando ya venía el COVID, ¿qué dijimos? Sacamos la influenza inmediatamente. Dijimos: la gente tiene que vacunarse de influenza, porque si no está vacunada de la influenza y va a llegar este virus, va a ser mayor la mortalidad.
¿Y usted piensa que fue efectivo?
Muy efectivo, muy efectivo. Si no, la mortalidad habría sido mucho mayor.
¿Cómo estamos ahora para enfrentar un problema igual…?
Bueno, hoy día lamentablemente estamos preparados, pero poco preparados, en el sentido de que hoy día los hospitales están en crisis. Y si tenemos una crisis hospitalaria hoy, eso significa que no podríamos enfrentar una pandemia como la enfrentamos anteriormente.
¿Esa crisis hospitalaria es producto de que faltan recintos hospitalarios, de que faltan camas, falta personal médico?
Hay varias razones. Una es que en pandemia nosotros trabajamos con un sistema de red. Se incorporó la red privada a la red pública. Se tomó la red privada, todo se incorporó. Sin embargo, después de la pandemia eso se terminó.
Entonces, aquí es fundamental que la red pública y privada hagan un trabajo en conjunto. De lo contrario, no podríamos salir adelante con un virus, volver a entrar en una pandemia, una crisis, que de nuevo no podríamos enfrentar. Sería imposible.
Ha sido interesante. Mire, hemos consolidado parte de una entrevista en la que teníamos muchos temas. Nos quedamos en el tema de la salud, que es tan interesante escuchar por su experiencia, que sigue estando vigente. ¿Usted piensa en alguna medida seguir actuando en lo público?
Siempre uno está disponible ante una eventualidad. Nosotros en salud, si hubiese una eventualidad, sea el gobierno que exista, vamos a estar disponibles para aportar y apoyar, siempre, porque eso es parte de nuestra ética, de nuestra formación en salud.
¿Y usted lo piensa desde el ámbito de la salud, desde el gobierno, desde el Parlamento? ¿No desestima ninguna posibilidad?
Todas pueden ser factibles. Yo siempre voy a estar disponible al servicio de la ciudadanía, que es lo más importante. Para mí, si no hay salud, no hay trabajo, no hay nada, porque la persona sin salud no puede trabajar, no puede hacer nada, ni para su familia ni para nadie. Es un costo alto para la familia.
Usted conoce Maipú, conoce su historia, la del distrito y la región, con todas sus necesidades.
Así es, exacto. Conozco Maipú, el distrito, especialmente, lo conozco mucho. Cuando fui Seremi, pude conocer todo el distrito completo y las 52 comunas de la región. Y, obviamente, en las comunas más grandes son más grandes los problemas también.

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