Al mediodía del domingo 28 de septiembre, en el marco de la celebración del mes de la patria, se realizó el Día de Oración por Chile en el Templo Votivo.
Fue una eucaristía con el templo lleno en todos sus sectores, donde los asistentes manifestaron su fe, oración y respeto hacia los invitados especiales: candidatos y candidatas de distintos sectores políticos e independientes que aspiran a la presidencia de la república y también al parlamento por el distrito 8, en el que está incluido Maipú.
No asistió ningún candidato presidencial y llegó un grupo muy reducido de candidatos al parlamento, pero quienes estuvieron presentes recibieron el afecto y reconocimiento de la comunidad que copó la nave principal del templo.
En esta ocasión, la homilía del padre Marcelo Aravena estuvo especialmente dirigida a candidatos y candidatas a cargos de elección popular, a quienes llamó a vivir la política como un acto de servicio y no de poder.
Sus palabras interpelaron directamente a los presentes, recordando que la verdadera fortaleza de un líder no radica en imponer, sino en escuchar con humildad y empatía a quienes más sufren.
El sacerdote insistió en la necesidad de decir la verdad aunque sea incómoda, de evitar promesas vacías y de ejercer la política con coherencia entre lo que se proclama y lo que se hace, despertando aplausos espontáneos de la comunidad reunida en el templo.
Estas fueron algunas de las impresiones recogidas al término de la eucaristía:
Christian Vittori
¿Qué le pareció esta jornada, don Christian?
—Bueno, muy interesante, es una oración por Chile, sobre todo previo a las elecciones. Tenemos que no solamente encomendarnos a Dios, sino que también encomendarnos a la ciudadanía. Como dijo en la homilía el padre, la política debe ser un puente para la solución de los problemas de la comunidad. Y nosotros estamos a disposición para colaborar con esa comunidad.
Usted tiene un especial arraigo en la comuna. ¿Cómo sintió las palabras del padre Marcelo respecto de este espíritu fraterno?
—Sí, hubo un mensaje potente. Yo también estuve en la Catedral Metropolitana escuchando al cardenal Fernando Chomali, y la verdad que es un mensaje muy potente, un mensaje de unidad, un mensaje de desafío de futuro, que queremos heredar para las generaciones futuras. Queremos heredar el compromiso con la seguridad, el compromiso con la salud, con la educación, con la infraestructura también, se refiere el padre. Así que todos esos desafíos los tomamos y los hacemos nuestros.
Rosa Oyarce
—La verdad es que ha sido una misa hermosa donde el padre ha convocado a los candidatos a trabajar por la ciudadanía, por el pueblo y no por los intereses personales, a trabajar en unidad. También nos ha invitado a no mentir y a no generar populismo.
Fui SEREMI de Salud y trabajé siempre con la verdad, siempre tuve por delante lo que era la salud de las personas y, por supuesto, el cuidado y velar por toda la vida de las personas. El padre ha sido muy claro y ha dicho: trabajen por la gente, por las necesidades de la gente. Y mirando hacia atrás mi vida, veo que así lo hice, jamás mentí y así también voy a hacer hacia adelante.
Por lo tanto, me siento muy representada en las palabras del padre y me siento feliz y emocionada con su homilía. Así voy a seguir trabajando con las personas por delante, con sus necesidades presentes y, por supuesto, siempre pensando en el bien común.
Máximo Quitral
¿Qué le pareció esta ceremonia?
—Me pareció una ceremonia muy solemne, muy reflexiva, sobre todo con este discurso y llamado de atención a quienes estamos en esta participación electoral como candidatos a diputados.
No sé, me hubiese gustado más presencia de los distintos candidatos y especialmente el alcalde; me llama profundamente la atención su ausencia. Pero en el fondo el llamado de atención que hace el padre a todos aquellos que estamos por intenciones electorales, de preocuparnos por Chile, de preocuparnos por nuestros vecinos, es muy importante tenerlo presente, sobre todo a la hora de presentar proyectos de ley.
Esta es una comuna importante, histórica, donde se forja la independencia del país, y ausentarse es una falta de respeto a los maipucinos, a la historia de este país y, sobre todo, al respeto que se merecen todos.
Agustín Romero, diputado del Distrito 8
¿Qué le ha parecido, diputado, cuál es su impresión?
—Bueno, yo creo que es fundamental orar por Chile y encomendarnos a hacer lo mejor y a dar lo mejor de nosotros. Y hay algo que me llamó mucho la atención: decir la verdad. Decir la verdad, por incómoda que sea. Y eso ha sido, en el fondo, lo que yo he tratado de hacer durante estos cuatro años: siempre decir la verdad, aunque de repente no sea popular. El tiempo me ha ido dando la razón.
Puedo equivocarme, sí, pero siempre he pensado en mis vecinos. Al menos creo yo que la invitación que tenemos todos nosotros es entender que este cargo es transitorio y que este cargo es de los vecinos. Son ellos los que nos ponen acá.
¿Fue muy importante e impactante el mensaje del padre Marcelo?
—Sí, efectivamente. En un mundo donde la gente trata de esconderse y no decir las cosas como son, muchas veces también terminamos engañando a quienes decimos que vamos a servir. Aquí lo importante es que la gente sepa quién es quién, qué es lo que piensa cada uno y pueda contrastar y tomar su decisión en libertad.
Padre Marcelo Aravena
El significativo mensaje del padre rector arrancó aplausos espontáneos de los asistentes. Había silencio y emoción en quienes seguían atentamente sus palabras.
Estas fueron parte de sus reflexiones:
“La política en su esencia más pura no es un juego de Poder ni un escalón hacia la fama. Es un arte de servicio. Es la dedicación a construir puentes donde hay muros, a sanar heridas donde hay división y a sembrar esperanza donde reina la desesperanza. Tenemos la esperanza que asumirán el desafío de la humildad y de la empatía. El poder puede ser una tentación, puede nublar la vista y endurecer el corazón. Así escuchamos la parábola del rico en los tormentos. Por ello, instamos a cultivar la humildad. La verdadera fortaleza de un líder no reside en su capacidad para imponer su voluntad, sino en su habilidad para escuchar: escuchar no solo a los que los aplauden, sino que, sobre todo, a aquellos que sufren en silencio, a los que se sienten olvidados y a los que expresan su desacuerdo.
Y la empatía debe ser su brújula, pensamos. Y es bueno aquí preguntarse: ¿de dónde vengo?, ¿cuáles son las luchas cotidianas de mi gente?, ¿cómo es la vida de la madre que se levanta antes del amanecer para llegar a su trabajo?, ¿o la del joven que no encuentra oportunidades? La conexión con el pueblo no es una estrategia de campaña, es el cimiento de una política genuina. Sin esa conexión, sus decisiones podrían ser frías y distantes y su servicio vacío.
Pero tenemos esperanza de que asumirán el compromiso con la verdad y la coherencia. Vivimos en un tiempo donde la desinformación y las medias verdades son moneda corriente. Creemos que su deber es ser un faro, un faro de integridad. Digan la verdad, incluso cuando sea impopular. Sean coherentes entre sus palabras y sus acciones. Las promesas vacías erosionan la confianza del pueblo, eso ya lo sabemos. Y sin confianza no hay gobernabilidad ni paz social. No prometan lo que no pueden cumplir. Seamos honestos sobre los desafíos y transparentes sobre sus soluciones.
Tenemos la esperanza de que su aspiración inalienable será el servicio como único propósito. Llegó la hora de pensar en grande, como lo sugirió en el tedeum del 18 de septiembre recién pasado monseñor Fernando Cardenal Chomali. Cuando asuman su cargo, recuerden que no están aquí para servirse a sí mismos, a sus partidos o a sus intereses personales. Están allí para servir a su patria y a su pueblo”.
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