Karina Yáñez tiene siete gatos en su casa, en el paradero 9 de Pajaritos. Todos ellos «rezagados», que no han podido ser dados en adopción, porque, como han sido maltratados, tienen mal carácter, o porque tienen leucemia o SIDA felino.
Están espectacularmente bien, eso sí. Cada uno con su camita, su arenero, su juguete y un mini rascador. Porque Karina siente devoción por estos animalitos.
Siempre hubo gatos en su hogar, le contó a La Batalla, pero su devoción surge al ver la necesidad en que se encuentran, «porque el gato sufre en silencio».
«El perro se ve, la gente ve a los perros en los paraderos. El gato no, el gato se esconde porque le tiene miedo al ser humano, porque lo único que ha recibido son maltratos, agua, piedrazos. Porque es un animal más pequeño, entonces la gente abusa. El gato es ahogado, el gato es abandonado en una bolsa. El gato es el ser más maltratado de toda la cadena de animales abandonados en las calles».
Es por eso que Karina Yáñez dirige una organización llamada «Gatitos chilenos», que recorre las calles en busca de aquellos peludos que destrozan las bolsas de basura, de noche. No porque sean sucios, sino para no morir de hambre.
«En Maipú hay demasiados gatos abandonados, lo que pasa es que no se ven. ¿Qué es lo que pasa?: la gente ve que hay gatos abandonados y va a dejar más gatos. Lo que no sabe es que una colonia es un clan cerrado. No admiten gatos nuevos, entonces, los gatitos que llegan, mueren de hambre, o atropellados. La persona que abandona mata silenciosamente al animal que abandona«.
Una de las colonias más grandes está en el casco antiguo, en el sector central de la comuna, que es donde la gente ha ido vendiendo para que se hagan locales comerciales, en el sector de Alberto Llona y de Cuatro álamos, y estas personas se van y dejan a los animales».
«La gente tiene que entender que el gato tiene un dueño, no es comunitario —remarcó—. Si el gato es envenenado, es apaleado, es atropellado, es porque el dueño fue un irresponsable, no es porque el gato sea callejero. Un gato duerme entre 14 y 17 horas al día, por lo tanto no necesita vagar. Solamente necesita un rascador, un poco de atención, agua y comida. Es todo lo que necesita para ser feliz».
Como todas las organizaciones animalistas, la de Karina necesita ayuda urgente.
¿Qué tipo de ayuda?
Una manera de ayudar es con alimento; otra, apadrinar a una mascota. Pero hay más.
Las personas interesadas en ayudar pueden escribir a:
yanez_karina@hotmail.com
O llamar al:
+569 6 190 23 62
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