Como educador con ya 28 años continuados de carrera profesional trabajando en Enseñanza Media Técnico Profesional y por consiguiente, partícipe activo de la formación de miles de jóvenes, damas y varones, hijos de los trabajadores de mi Patria, a lo largo de estos años recorridos, me impresiona y preocupa de sobremanera, el constatar en la práctica y mediante la conversación con alumnos y alumnas de los niveles 3ª y 4ª medio, el elevado grado de desconocimiento e ignorancia que existe en temas tan importantes como la sexualidad humana.
En esta sociedad, tan altamente hedonista y sexualizada, con mundo de imágenes y consumismo, nuestra juventud, presenta un grado máximo de desconocimiento acerca de temas tan importantes como el caso por ejemplo de las ETS, o sea las enfermedades de transmisión sexual o lo que son las parafilias y sus características.
Considero que es el colegio, la unidad educativa, donde el futuro de un país se está formando, el lugar ideal para acceder desde una perspectiva académica informada y formativa al conocimiento de estos temas. Somos seres humanos, con una base biológica y con necesidades fisiológicas, entre ellas las sexuales.
Es el colegio el lugar ideal para que estos jóvenes aprendan desde un prisma de nivel adecuado, estos temas que tanto tienen que ver con la vida, su desarrollo y la interacción con los demás de nuestra especie.
Hasta alrededor del año 1996, todavía se realizaba en las unidades educativas, clases de Educación Sexual, después simplemente desaparecieron, y fue el Ministerio de Salud, el que como una forma de suplir la carencia de esta formación tan importante , comenzó como algo muy esporádico y sin continuidad alguna a desarrollar en algunos colegios un ciclo de charlas conocidas como JOCAS (Jornadas de Conversación sobre Sexualidad). Estas charlas fueron como una gota de conocimiento, en un gran océano de ignorancia y también desaparecieron.
El Estado tiene una gran responsabilidad que no puede eludir ni desconocer, «FORMAR INTEGRÁMENTE A LAS GENERACIONES VENIDERAS». Hasta el momento según mi opinión y la de muchos de mis colegas, no se está cumpliendo debidamente.
Invito a los parlamentarios, aquellos hombres y mujeres que han sido elegidos como representantes de nuestro Pueblo, para reflexionar al respecto y restaurar en la Enseñanza Media en todas sus modalidades, la asignatura de «EDUCACIÓN SEXUAL», que tanta falta hace en nuestra juventud chilena.
Es muy importante, la formación en esta área de miles de profesionales de la educación, es urgente que sean las Universidades coordinadas con el Mineduc, las que dicten cursos formativos y sean promotoras de esta iniciativa mediante becas al estilo de las becas de perfeccionamiento profesional PPF.
Los Profesores y Profesoras de Chile, somos los que de una u otra forma percibimos las necesidades de la juventud de la Patria, los que detectamos las problemáticas y carencias de cientos de miles de adolescentes y con los recursos disponibles luchamos en el día a día por hacer de esta juventud el futuro de Chile, creo que merecemos ser escuchados y considerados.
Muchas gracias.
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buen artículo!
¡Te encuentro toda la razón!
Hemos hipersexualizado a nuestros niños pero no les hemos enseñado sobre sexualidad, ni su importancia o incluso su lugar en la vida de las personas. Es una pena ver el acoso sexual visto como algo normal y hasta deseable, la ignorancia absoluta frente a las enfermedades de transmisión sexual y las increíbles razones por las que se embarazan las chicas de 14 y hasta ¡13 años!
Pero por otro lado, no todo puede quedar en las manos del profesorado, como me dijeron una vez: "en el colegio se instruye, en la casa se educa". Los padres debemos estar presente en todo momento, enseñar a controlar los instintos desde pequeños, si les enseñamos a controlar instintos tan básicos como el del hambre ("no comas golosinas antes de almorzar porque se te quitará el apetito") o el de la ira ("no hagas berrinches, si lloras no puedo entender qué quieres decirme") ¿por qué el de la sexualidad se calla o se le deja a Internet (horrorosa maestra)? Nos creemos un país libre de tabú a la hora de hablar de sexo, pero nunca seremos libres si dentro de la familia no se enseña como lo que es: un acto natural y entretenido, sin morbo y sin las fantasías lujuriosas de gente que sabe menos de sexualidad que nosotros.