La esperanza del presidente del Colegio de Profesores Maipú

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El día en que el Tribunal Constitucional declara inconstitucional la prohibición de controladores con fines de lucro en las universidades, el presidente del Colegio de Profesores Maipú nos habla acerca de la esperanza en la transformación del sistema educacional.

Se vienen desafíos importantes para el Colegio de Profesores este año. Por ejemplo, el Congreso Estatutario, que va a definir las nuevas normas con las que se va a regir.

«Entonces, tenemos que organizarlo para que sean las bases las que decidan cuál va a ser el actuar en el futuro», dice el presidente del comunal Maipú, Mauricio Pavez.

Tiempos difíciles

También se vienen tiempos difíciles para esas bases, si consideramos que el martes 27 de marzo el Tribunal Constitucional declaró la inconstitucionalidad del artículo del proyecto de ley sobre educación superior que prohíbe la presencia de controladores con fines de lucro en instituciones de educación superior.

Y las bases, que son los profesores y los estudiantes, se vienen manifestando desde hace varios años ya en contra del lucro en la educación.

Humanizar

 — ¿Cuál es la visión que tiene el Colegio de Profesores de Maipú sobre la educación?

— Que la escuela tiene que humanizar. No sacamos nada con tener muy buenos ingenieros, personas muy preparadas, si no son humanos, si no tienen una visión de la sociedad que los lleve a entender al otro, a ser empáticos, a entender la problemática medioambiental, a comprendernos como una especie que está destruyendo el planeta.

Pensamiento crítico

La visión de la educación, agrega, «tiene que ir centrada en desarrollar un ser humano que sea capaz de empoderarse, de tomar decisiones, y no solamente de obedecer como borrego. Entonces, lo que creemos es que la educación tiene que centrarse en un proceso de pensamiento crítico, y no de obediencia».

Actualidad

— ¿Cuán alejado está el actual modelo de enseñanza de ese ideal?

— Muy alejado. Hoy en día estamos en una lógica empresarial en la escuela, en donde todo se mide, en donde todo se tiene que evidenciar, en donde muchas veces los deseos de la misma comunidad quedan afuera, porque tienen que responder a otros tipos de patrones, como por ejemplo el Simce, que es una medida nefasta para medir la calidad de la educación.

«Si nosotros nos centramos en esa mirada empresarial —agrega—, lo que estamos fomentando es el individualismo, la competencia desmedida, el consumo desmedido, el que tú seas persona por lo que tienes y no por lo que eres».

Maipú

— La derecha, que hoy detenta el poder a nivel nacional, regional y comunal, suele levantar un discurso pretendidamente «apolítico» sobre la educación…

— Básicamente, tienen otra visión de lo que es la educación. Ellos creen en la educación estandarizante, en la lógica empresarial, en el resultado inmediato, cuando los procesos educativos pueden tardar diez años…

«Y también creen mucho en la imposición de las ideas —dice—, imposición a través del miedo, a través de cuoteos políticos, por los que tenemos hoy en día directores que están cuoteados políticamente, que vienen bien aleccionados de lo que tienen que hacer».

«Incluso ellos traicionan su propia lógica —finaliza—, de la meritocracia, de los números. Si nosotros miramos los números, por ejemplo, de los directores que están llegando a las escuelas, no son los mejores. No tienen buenos resultados, en el Simce no les fue bien».

Mucha esperanza

— Su visión podría generar en algunas personas la sensación de que está todo perdido…

— No todo está mal, en las escuelas se hacen muchas cosas. Pero también hay que hacer hincapié en que hay un problema de gestión en las escuelas, donde hay muchos jefes, pero pocos líderes. Gente que está acostumbrada a que la obedezcan, y también un grupo de profesores a los que les gusta obedecer».

«Pero también hay profesores que están pensando —continúa—, que están haciendo transformaciones. O si no, no hubiera existido el «Pingüinazo», no estaríamos hablando de educación gratuita, de los derechos que tienen los homosexuales, de la comunidad LGBT».

«Hay un sector que se empecina en que su posición, que es la palabra de Dios, de hombres y mujeres, la quieren meter en las escuelas, pero los alumnos se revelaron. Hoy, si le preguntas a un alumno sobre la película «Una mujer fantástica», responde que todos tenemos los mismos derechos. Llegar a eso significa que hay un trabajo detrás, de la gente que está pensando. ¿Hay esperanza?: Mucha esperanza».

«Estamos convencidos de que es el profesorado el que va a hacer los cambios que Chile necesita», concluye Pavez: «Son los profesores los que van a mejorar la educación».