«LA HISTORIA ES NUESTRA, Y LA HACEN LOS PUEBLOS»

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«Votaré por un hombre de familia perteneciente a “la clase Trabajadora” (…) que no necesita “discursos” preparados, pues lo ha preparado la vida; tiene algo con lo que no cuentan sus contendores: conocimiento, capacidad, experiencia…».

«LA HISTORIA ES NUESTRA, Y LA HACEN LOS PUEBLOS» (Salvador Allende Gossens).

Chile se viene formando desde el tiempo de “la conquista” (castellanos, andaluces, extremeños, leoneses, vascos, sefardíes y moros), donde los conquistadores oficiales se llevaron los honores de “la corona española”. Sin embargo quienes más desprotegidos partieron en la aventura, fueron aquellos que no tenían más opción que obedecer para morir en un campo de batalla, morir en “las galeras”, o morir de pobres en las callejuelas, senderos o campos de España.

Invadieron tierras ocupadas con anterioridad por otras etnias: Diaguitas, Picunches, Mapuches, Aymaras, Quechuas, y otras fueron traídas como esclavos, siendo estos negros, mulatos, y Huarpes desde el Cuyo, hoy Argentina. Durante los siglos XVIII y XIX hubo una importante oleada de europeos (alemanes, austríacos, franceses, británicos, escoceses, irlandeses, holandeses, italianos, suizos, griegos, libaneses y palestinos. Por el norte de Chile los chinos, que en su mayoría se unieron contra el Perú donde eran esclavos, pero vinieron a morir en la misma condición en las salitreras).

No entro en análisis de “propiedad, conquista o soberanía”, porque considero que “la tierra es de quien la trabaja”, no de quien la usurpa. No estimo “razas” sino “condiciones”, que nos forman características positivas y negativas con diferentes ambientes y contextos. A cada cual “lo que le tocó”, y “hacer lo que mejor se pueda con lo que se tiene».

Así vivimos nuestra historia sindical, desde los inicios republicanos, las “solicitudes de humanidad y sueldos dignos” de manera fuerte y organizada de los Trabajadores, dio pie a las más crueles MASACRES cometidas por el Estado de Chile. A lo largo de nuestra historia ésta se tiñe de rojo.

Hoy somos “Pueblo”, la única diferencia que existe y nos une como seres humanos, es la de que: somos esclavos de “poderes”, frutos del Capitalismo. Sin importar si sólo alcanzas educación básica, media, técnica o superior, las condiciones de inestabilidad e inseguridad nos golpea a todos igual, sumando en diversas formas maltrato al personal. Donde unos antes y otros después, pero al final seremos todos devorados por la indolencia psicópata del “sistema”.

Al “servicio” de esta “moledora de carne” están los Gobiernos del Mundo, y nuestra clase política, por supuesto fiel y obediente a los “deseos” del “tío Sam” e “inversiones extranjeras”. La “dictadura” fue como el “cuento del Rey Midas”, todo lo que vio lo tradujo a “ventas”, olvidándose o ignorando de que los Pueblos se nutren, crecen, se desarrollan, se forman, se multiplican y necesitan ser felices durante todo el proceso de la vida, proveyéndose de lo que es menester para vivir en familia.

El Pueblo, la gente, las personas como ustedes y yo, depositamos nuestra confianza en líderes políticos, para que “se ocupen” de administrar correctamente los recursos de los que benditamente gozamos. La desilusión y la desesperanza se apoderó de nosotros. Cuando nos damos cuenta, nos negamos a creer de “que hemos sido usados” tan sólo como “peldaños”, para llegar donde se vacían los “cántaros de la riqueza”. Pero vamos saliendo del estupor causado por el “traicionero golpe” de “quienes en un momento levantamos”.

Fue un “fuerte golpe” a la “inocencia” y a la “fe” de un Pueblo torturado, flagelado, muerto, vendido por sus verdugos. Se nos olvidó  que donde ha habido muerte, también hay buitres; mas ya hemos crecido, el cuero se ha tornado más duro, la experiencia enseña y hemos despertado, y quienes primero gritan son los críos. “Guagua que no llora no mama” dice el refrán, y los estudiantes “gritaron”, y al grito se suma la presencia de millares.

Pero este cambio no lo harán sólo los estudiantes, aunque sean el futuro. Deben acompañarse por los trabajadores que son quienes le dan el “ingreso” y la “plusvalía” a la economía, y para que se consoliden los cambios el respaldo de Fuerzas Armadas. Ni uno puede sin el otro, nos guste o no, nos necesitamos; y si no estamos en condiciones de “levantarnos”,  a no ser que sea solamente para “hacer el saludo a la bandera y morir”, porque otra cosa es con guitarra. Aplicando la frase de Ghandi: “la causa de la libertad se convierte en una burla, si el precio a pagar es la destrucción de quienes deberían disfrutar la libertad”.

No repitamos errores, primero debemos creer en nosotros mismos, educarnos, prepararnos para el “gran cambio”, y prepararse todos, todos sin diferencias.

Hoy es el momento de usar los “instrumentos” que el mismo sistema nos entrega. ¿A qué me refiero? Volver a elegir “líderes del Pueblo”, como Gladys Marín, los Palestro, y cómo no recordar a la querida Carmen Lazo “la Negra Lazo” (Q.E.P.D. ); ellos. Y una vez elegidos y “posesionados” de la investidura que “nosotros” delegamos, debemos trabajar de manera abnegada, consciente y organizada en nuestros barrios, escuelas, sindicatos, centros culturales y deportivos, centros ciudadanos, en todo espacio donde podamos aportar para crecer.

La democracia que no se ejerce… se pierde. Aprendiendo de vanguardistas del pasado Trotsky dice: “Una revolución es una situación donde las masas comienzan a tomar el destino en sus propias manos… El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos”.

Aunque nos hemos sacudido de las cadenas, aún no sabemos por dónde partir, se alzan voces y puños en alto mirándonos unos a otros. Despertamos, somos autovalentes, libres, conscientes y fuertes, ya nada nos detendrá. Ahora pensamos y decidimos. ¿Contamos con armas?, ¿tenemos un Pueblo adiestrado para una guerra intestina?, ¿preparados mentalmente para matar? Nos olvidamos que en una mayoría somos “creyentes”, y los que menos agnósticos o ateos pero “humanistas”. Es nuestra idiosincrasia.

En estos días nos dividimos en ideas filosóficas y líderes  prácticos de un pasado no tan lejano en tierras asiáticas y europeas. Allende igualmente vive en la primera mitad del siglo XX, diversas corrientes del “pensamiento socialista internacional” y fustiga con energía toda rigidez teórica, toda tentación de imitar modelos. “El marxismo es un método, no un sistema rígido”.

Los chilenos nos encontramos en un momento álgido de nuestra historia, momento en que debemos definir para un futuro muy próximo,  luchas y reivindicaciones sociales. Puedo recordar del gran líder que nos llama a abrir las “alamedas, donde pase el hombre libre construyendo”. No me imagino al Presidente Salvador Allende G. absteniéndose de votar, en pos de enfrentamientos violentos. Respecto a este tipo de situaciones Lenin expresa: “si no eres parte de la solución, eres parte del problema”.

Entonces ¿qué hacemos, votar nulo? ¿Abstenernos? En momentos en que tienen el poder capital, armas y el personal entrenado para usarlas, infraestructura, comunicaciones, transporte y logística, además una Constitución que les favorece, y que poco a poco entre cuatro paredes la Cámara Baja modifica, y se aprueba por la Cámara Alta entre las mismas paredes. No quiero desmotivar a nadie, por el contrario, Rosa Luxemburgo nos aclara: “La autocrítica más despiadada, cruel y que llegue al fondo de las cosas, es el aire y la luz vital del movimiento proletario”.

Ahora, si nos vamos a los números, de acuerdo al penúltimo dato estadístico del INE (2010) con el “universo de votantes mayor de 18 años” de 12.394.813, y si sólo votará el 30% de nosotros alcanzaríamos un aproximado de 3.718.444 personas votando. De este total se desglosaría entre los diferentes candidatos y, siendo benevolentes, con la derecha un 50%.

Querría decir que les bastará con obtener 1.718.444 votos. Y aún con menos. Si se trata de especular, aún hay variantes.

Esta última cifra corresponde casi de manera exacta al 10% más rico de la población en Chile. Bastaría con esa votación para que terminen de vender el país a pedazos e imponer una nueva dictadura basada en el “capital”, pero tan inhumana como la ideológica.

Cuando la derecha vota, inscribe a la “nana”, y la “familia de la nana” y por supuesto “los suyos” y hasta el “gato”, tienen un solo objetivo: “el dinero”. Y entronados “constitucionalmente” por cuatro años más. ¿Cómo piensan qué será este futuro? Si aún no terminan este período y nos tienen arando el suelo, con represión y falta de derechos de expresión, laborales, de salud, de vivienda, de oportunidades.

Realmente ¿creen que podremos resistir sin llegar por fin a un levantamiento? Que sólo terminará en eso, un sangriento y fallido levantamiento, que servirá para infundir más temor a la ciudadanía, y vendrán los detenidos-desaparecidos, y torturados y encarcelados, debiendo pasar 20 años más para nuevamente iniciar otro ciclo del despertar, ¿están dispuestos? No está en mí dar crédito a la frase: “los Pueblos tienen los gobiernos que se merecen”. No me lo permito, porque se trata no solo de un Presidente más, se trata de mis hijos, mis nietos, mis parientes, y deseo lo mejor para ellos, entonces tomare la frase de Karl Marx: “La peor lucha es la que no se hace”.

Votaré por un hombre de familia perteneciente a “la clase Trabajadora”, que vive de un sueldo como yo, que para participar en este sueño no cuenta con más recursos de los que dispone cualquier ciudadano común: crédito, que no cancela un “asesor de imagen”, que no necesita “discursos” preparados pues, lo ha preparado la vida; tiene algo con lo que no cuentan sus contendores: conocimiento, capacidad, experiencia, amigos y Trabajadores que confían en el Programa Presidencial en el que se exponen todas nuestras falencias, carencias y oprobios, nuestros recursos, posibilidades y proyectos.

Al votar no lo haré por un “partido”, no votaré por un “personaje” creado, no votaré por una “imagen” sin contenido, ni por una demagogia sin sentido. Votaré con “la razón” y la “voluntad” de RECUPERAR CHILE PARA LOS CHILENOS, Votaré MARCEL CLAUDE,  levantaré mi Parlamento. YO DECIDO.

* Dueña de casa. Vive en Ciudad Satélite.

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