Estudiante de Ingeniería Civil Eléctrica y boxeadora amateur, Roxi Bonilla entrena con la misma intensidad con que sueña: representar a Maipú y demostrar que el boxeo femenino en Chile tiene futuro.
En las calles de Maipú la historia de Chile se cruza con el pulso cotidiano de su clase trabajadora y crece el eco de un nombre que empieza a hacerse espacio en el boxeo nacional: Roxi Fabiana Bonilla Contreras, estudiante universitaria de la carrera de Ingeniería Civil Eléctrica, deportista incansable y, sobre todo, una guerrera que se está abriendo camino en el deporte de los puños.
Su apodo, La Mamba, no es un capricho, porque su estilo es venenoso, sorpresivo, rápido como el golpe que llega sin aviso. El cuadrilátero es su hábitat, un espacio donde su energía juvenil se transforma en disciplina y su ímpetu se convierte en estrategia.
“El boxeo siempre lo veía como un amor platónico, me parecía un deporte increíble, pero nunca tuve la oportunidad de intentarlo”, recuerda Roxi.
Desde su niñez, su vida estuvo marcada por el movimiento:
“Desde chica, como a los siete u ocho años, tuve una infancia muy activa: natación, tenis, patinaje, correr… siempre fui muy inquieta y tenía mucha energía. Me pasaba las tardes jugando a la pelota con mis primos”, cuenta.
Sudaka Boxing Club: donde todo comenzó
El encuentro con el boxeo, sin embargo, llegó tarde, casi como una epifanía. A los veinte años ingresó a la Usach y se topó con el taller Sudaka Boxing Club. Allí conoció al profesor Samuel Vega, pieza clave en su inicio.
“No sabía nada de boxeo, ni de reglas, ni de boxeadores. Al principio me costaba mucho, aunque tenía buena condición física. Me di cuenta que el boxeo requiere un nivel de resistencia totalmente distinto. Sin darme cuenta, todo en mi vida pasó a ser boxeo”.
Hay una noche que Bonilla no olvida: su primera velada en el Sudaka BC, en Maipú:
“Fue mi primera vez viendo pelear a mis compañeros en un gimnasio. Quedé impactada por la adrenalina, la emoción y la alegría de verlos ganar. Ahí me nació la curiosidad de saber qué se sentía estar en el ring, levantar la mano en señal de victoria y recibir los aplausos después de tanto esfuerzo”.
Ese momento sembró una semilla que no ha dejado de crecer: la certeza de que el boxeo no era solo un pasatiempo, sino un camino a seguir.
Roxi reconoce que el boxeo femenino en Chile, se abre paso gracias a pioneras como Vicky Quevedo.
“La profe Vicky, ‘La Demonia’, es un referente total para mí. Su historia, sus peleas y la forma en que me preguntó si quería competir, me marcaron profundamente”, afirma.
Pero su mirada también trasciende fronteras.
“Sigo a Jennifer Fernández, de la selección española, me encanta su estilo. Y soy fan de Dmitry Bivol, por el boxeo soviético tradicional que representa”.
En el ring, Bonilla se define con un estilo rápido y explosivo, cargado de energía, pero también de inteligencia: una serpiente que ataca en el momento justo.
Hija de una comuna que respira deporte, Bonilla reconoce la tradición pugilística local:
“Maipú siempre ha tenido una identidad deportiva muy fuerte, con figuras como Martín Vargas o Cristian ‘La Cobra’ Salas. Pero falta más difusión, el boxeo merece más espacio en la comuna y en Chile”.
Aunque valora el trabajo de los gimnasios y las veladas que se han multiplicado, insiste en que el camino necesita apoyo institucional:
“Hay una base importante y se nota interés, pero con mayor respaldo y difusión el boxeo podría crecer y consolidarse”.
Inspirar para pelear: el mensaje de Roxi
A sus veintidós años, Roxi sabe que su historia recién comienza. Su meta inmediata es clara: sumar experiencia, ganar rodaje en el boxeo amateur, para llegar en algún momento al profesionalismo con la solidez necesaria. Sin embargo, también quiere que su historia inspire a nuevas competidoras:
“Me gustaría que más mujeres se integraran al boxeo, motivarlas a competir o simplemente emocionarse con mis peleas. Quiero que vean que sí se puede”, asegura.
También reflexiona sobre lo que hace falta para que más jóvenes encuentren su camino en el deporte:
“Profesores como los que yo tuve. Entrenadores que marcan la diferencia y hacen que los alumnos se queden. A veces hay motivación, pero son ellos quienes determinan el crecimiento de cada deportista”.
Finalmente, su mensaje a los niños y niñas de Maipú se escucha como un eco que podría rebotar en las paredes de cualquier gimnasio de la comuna:
“Que disfruten el deporte con alegría y con el corazón. Que respeten siempre a sus entrenadores, que sean pacientes y no se desanimen si algo no resulta a la primera. Cada intento es un paso más. Y que nunca olviden que, aunque el boxeo parezca un deporte individual, detrás siempre hay personas que creen en ti y están dispuestas a ayudarte”.
Cuando Roxi Fabiana Bonilla cruza las cuerdas, no solamente representa a su club, sino a todo Maipú y en cada golpe hay una promesa: la de escribir una nueva página en la historia del boxeo chileno.
José Antonio Lizana Arce es un escritor maipucino y periodista deportivo, autor de seis libros sobre la memoria deportiva en Chile.
Ceacheí. Palabra de campeón (2008), Rayando la cancha (2009), Mojando la camiseta (2010), Pisando la pelota (2014), Pelota en la(s) red(es) social(es) (2018) y Más allá de la cancha (2022).
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