Los mágicos seres que habitan la Villa Holanda en Maipú

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Texto y fotos por Sergio Benvenutto.

¿Hace magia María José Villanueva?

Varias veces, durante mi visita, desliza frases que alimentan la duda:

«Los gatos me los dejan en mitad de la escalera. O sea, creo que son los gatos…», por ejemplo, refiriéndose a las criaturas que llenan el primer piso de su casa.

Fue a través de una profesora de pintura, en la enseñanza media, que María José trabó conocimiento con los seres elementales, «pero siempre tuve una obsesión con los duendes. Me gustaban los duendes, me gustaban los seres de la tierra».

«Porque yo pasaba jugando con tierra, pasaba metida entre las hojas secas, con los pies en el barro», cuenta.

Del barro surgieron precisamente sus primeras creaciones, al tiempo que conversaba con amigos imaginarios:

«Yo digo que ellos me visitaban, de alguna manera ya se estaban presentando para permanecer en mi vida».

Hoy trabaja por lo general aunque no exclusivamente con porcelana fría:

«Es bastante flexible, y permite trabajar todas las formas que uno quiera».

Mondadientes, estecas, pero primordialmente sus manos, danzan bajo el foco potente de una lámpara, en un ambiente monacal de no ser por Marillion, que suena, trayendo al mundo a un duende irlandés.

Al día siguiente, dos cajas repletas de seres mágicos parten en dirección al sur.

«Mágicos porque se les llama seres mágicos, y porque dieron un vuelco en mi vida, hicieron magia conmigo», revela María José Villanueva:

«Desde chica fui muy tímida, muy introvertida. De hecho, todavía soy tartamuda… Me costaba enfrentarme a la gente, me hicieron bullying, por ser distinta al común de los niños. Entonces siempre viví como en una burbujita. Me escondía, trataba de notarme lo menos posible».

«Pero cuando comencé a dedicarme a esto estuve obligada a compartir, a conocer el mundo, a conversar, a estar abierta a críticas. Y eso me ha hecho crecer como persona».

Quienquiera lo desee puede conocer a estos seres, visitando la casa de María José, en la Villa Holanda, Barrio La Farfana, de Maipú.

O su local en la feria artesanal Mahila, los sábados y domingos, desde las 10:30 hasta las 17:00 hrs. (San Isidro 2208, puesto 23, en el corazón del barrio Franklin).

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