Nicolás Cortés: Mi música es rock expresado en una guitarra de palo

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Por Álvaro Méndez.
Fotografías de Gabriel Padilla.

Tuve la oportunidad de ver a Nicolás Cortés en vivo, compartiendo escenario en un local de Providencia junto a otros interesantes músicos del sello maipucino Epifanía Records (Latvian Pyramids y ApolarTrío), su música tiene fuerza, se mueve con naturalidad por muchos referentes sónicos sin ser atrapada ninguno, directa y profunda a la vez, exige repasarla y prestarle oído atento. Profesor de música en el colegio Sofía en la comuna de Lo Espejo, creador inquieto, maipucino de la villa Los Héroes desde hace unos años, tan cantautor como músico punk, a propósito del reciente lanzamiento del videoclip para su canción Trova de Astilla conversó con La Batalla acerca de este estreno, de su historia, de sus diferentes intereses y referentes, del disco que prepara y muchísimo más.

¿Cómo llegó la música a tu vida?

Desde muy chico, con mi padre que tocaba en guitarra harto folclore y mucho de la llamada nueva canción chilena, después ya más grande comienza a interesarme el rock, el punk y el grunge, en medio de esa época adolescente conocí a los Fiskales, me marcaron muchísimo. Recuerdo que cuando pendejo hacía la cimarra y me iba a la casa del Roly – bajista de los Fiskales – ahí una vez la banda Políticos Muertos se quedó sin guitarrista y de una entré a tocar con ellos, me sumergí de lleno en el mundo del rock aunque por otra parte siempre de manera paralela fui componiendo temas propios, más personales y ligados al formato de cantautor.

¿Esa dualidad en la que por un lado había harto rock y por el otro una propuesta más íntima siguió cuando entraste a estudiar música?

Después de la época escolar entré a la universidad a estudiar pedagogía en música, me fui alejando del punk y el rock, conocí a Felipe Porflitt, un gran amigo de la vida con quien conformamos el dúo Canto en Ruinas, grabamos un disco bien artesanal que tuvo una circulación muy modesta, prácticamente fue repartido de mano en mano entre los amigos pero se trató de un material muy interesante ya que constaba solamente de piano y guitarra, algo poco frecuente en esa época, te hablo del año 2008.

¿Y qué pasó con Canto en Ruinas?

Llega un punto en que se hace difícil compatibilizar el mundo laboral y los proyectos personales con la dimensión artística, eso nos ocurrió con Canto en Ruinas. Se trató de un distanciamiento motivado más por cuestiones prácticas que con algo creativo o musical, en la medida en que te vas poniendo viejo todos los compromisos y responsabilidades que eso implica te van pasando la cuenta, consumiendo el tiempo. Como te contaba antes siempre desarrollé de manera paralela la composición más personal, desde una vereda de cantautor, así que sucedió que muy naturalmente la misma dificultad en coincidir con otros músicos en proyectos colectivos hizo que me enfocara en esta carrera solista, a mi ritmo, con mis tiempos.

¿De qué modo podrías definir tu propuesta musical ya desde la vereda del cantautor, solista?

Es una mezcla de las historias y experiencias que he vivido, las canciones que he compuesto a lo largo del tiempo tienen un poco de todo, eso hace difícil definirlas y más aún encerrarlas en un disco porque son muy diversas, reflejan cada uno de los momentos por los que he ido transitando, tienen harto 6/8, le deben mucho al folclore pero también al rock y al punk, encuentras acordes aumentados y otros disminuidos todo mezclado con la fusión latinoamericana, instrumentos de viento como flauta traversa o percusiones como el cajón peruano, charango. Mi música es rock expresado en una guitarra de palo, muy pasional, que se alimenta de las armonías del mundo latinoamericano y también de la nueva canción chilena.

Me imagino que tu rol de profesor también debe influir harto en lo que compones…

Gracias a la dimensión pedagógica y docente me mantengo permanentemente ligado a los temas sociales, en lo personal tengo la convicción de que la forma de provocar cambios es a partir de la educación, se trata de la principal herramienta desde la cual podemos hacer que la gente se empodere y levante, me siento totalmente realizado y pleno haciendo clases, por supuesto que todo aquello se transmite de algún modo a la propuesta musical y lírica que desarrollo.

Centrándonos en lo lírico por sobre lo musical. ¿Qué realidades abordan tus letras, sobre qué nos hablan?

Está la crítica y mirada social de las que antes te hablaba pero además intento plasmar experiencias personales de manera muy honesta en mis composiciones, aunque no hay una fórmula. Por ejemplo ya tenemos 3 canciones grabadas y una de ellas es “Canción del solitario” es la musicalización de la letra de una lira popular del año 1890 respecto a la cual se desconoce el autor, por otro lado está “Ellos” que es una canción de amor medio metafísica, dentro de los temas que vendrán en el primer disco hay uno de nombre “Mendigos” que para mí tiene mucho significado, es muy personal… Uno trata de ser una persona consecuente dentro de lo que va viviendo y observando, esa visión es la que está en mis letras.

Acabas de estrenar el video para la canción “Trova de Astilla”. ¿Marca algún punto de inflexión o proyecta una nueva etapa en tu camino musical este lanzamiento?

Ya había material circulando en algunas plataformas y redes sociales pero estaba la necesidad de llevar aquello al formato audiovisual de manera profesional, de potenciar el trabajo con un buen video, es por eso que decidimos dar vida al clip de “Trova de Astilla”, al respecto estoy muy agradecido del apoyo y trabajo del sello maipucino Epifanía Records quienes desarrollan una labor enorme, notable. Es la antesala del primer disco que esperamos tener totalmente grabado de aquí a diciembre del 2015. Trova de Astilla es la musicalización de un poema creado hace mucho tiempo atrás por Francisco Mallea, vocalista de Políticos Muertos, una joyita que estaba guardada y para la cual con este grupo de amigos músicos hicimos algunos arreglos, nos encantaría que la gente escuchara esta canción con atención e interpretara libremente su mensaje.