Cuando Javiera Parada era la precandidata de Revolución Democrática en el distrito 8, Pablo Vidal sonaba en Recoleta. Incluso la prensa intentó atizar el fuego de la supuesta afrenta que eso suponía hacia la opción comunista, la diputada Karol Cariola.
Entonces Vidal opuso un discurso que fue el mismo que exhibió en nuestra entrevista en el Cuánto Té Quiero:
«Yo creo que hay muchas ideas y convicciones profundas, que si tú las pudieras comparar entre los estatutos de Revolución Democrática o Poder, u otros partidos del Frente Amplio, con las que tienen el Partido Socialista o el Partido Comunista, hay coincidencia ideológica. El tema está en la práctica política».
Posterior a la caída de Parada, Vidal apareció con el testimonio en las comunas que conforman el distrito 8, respaldado sobre todo por la militancia que apoyaba a Parada en la comuna de Maipú.
Reapareció más bien, puesto que es el fundador del partido en el Territorio Santiago Poniente.
En Estación Central vivió su infancia, y sus padres siguen residiendo allí. Ahora vive en Las Condes. Es geógrafo, tiene tres hijos. Estudió en la UC, y fue dirigente universitario allí y a nivel de la CONFECH.
Fue una de las personas que dieron al movimiento por la educación pública, gratuita y de calidad, que clavó su bandera en 2011, un cauce político que desembocó en la constitución del Partido Revolución Democrática, en el 2012.
Vidal es un «hombre de partido». Por ejemplo, una de las cosas que valora de una diputación es poder tener una sede, un anclaje desde donde seguir construyendo.
Pero primero, eso sí, tendría que ganar las primarias que disputará con Giordano Delpin, oriundo de Quilicura, este 29 y 30 de junio.
Cuando le pregunto qué es lo que aúna a las comunas que abarca el nuevo distrito, desemboca en los problemas ambientales que generan los proyectos industriales de gran envergadura, ante una institucionalidad feble, ante todo en materia de participación ciudadana: en el Chile en miniatura que son estas ocho comunas, el Estado va a la siga del poder económico.
—¿Por quién votaste en las elecciones pasadas?
—En primera vuelta voté por Marco, y en la segunda vuelta voté por Bachelet. En la primera vuelta voté por Marco —aclara sin solución de continuidad—, sin que nunca me haya gustado Marco Enríquez-Ominami. Pero me creí su llamado final de decir por favor voten por aquellas ideas en las que creen, y no solo en aquellas que de verdad podrían llevarnos a… que para eso está la segunda vuelta.
—Nunca creí en Marco —recalca—, y por lo tanto no me declaro un decepcionado de él ni del PRO. Pero sí me hacía mucho sentido marcar un camino alternativo, un voto alternativo, que no podíamos ofrecer hasta ahí.
Luego votó disciplinadamente por la candidata por la que RD llamó a votar: Michelle Bachelet.
En el entendido de que «el Frente Amplio es una respuesta a un vacío, que no es quizás tan ideológico como político», y aludiendo a una idea preconizada por ME-O, precisamente, cuando se hallaba más en boga, puntúa:
«Nosotros no estamos contra el duopolio, estamos por la gente. Porque sabemos que la gente está desencantada de la política y de los políticos. Los Partidos de la Nueva Mayoría encarnaron en su momento un lugar, una esperanza, un relato, una historia, que hoy día ya no encarnan».
«Y no digo que vengamos a reemplazarlos, vamos a asumir el aprendizaje de todos los errores que ellos cometieron, para poder construir una propuesta política moderna, del siglo XXI, pero de izquierda y transformadora».
«Por eso —previene— necesitamos diputados, porque en los cinco minutos de reflexión, probablemente sean discursos muy bonitos, ambos, pero en el voto, en un apruebo y un rechazo, se marca la diferencia».
«Yo creo que en esa práctica política el Frente Amplio se tiene que diferenciar: a no negociar con la derecha a puertas cerradas sobre cómo dejamos el proyecto de ley para dejar a todos tranquilos, sino que cómo abrimos la democracia hacia toda la ciudadanía. Por eso creemos que la Asamblea Constituyente es tan importante y lo primero, porque a través del cambio de las reglas del juego vamos a poder construir las bases de todo lo demás».
¿Quién recogerá esta propuesta política?
«Yo creo que hay una fantasía en creer que nosotros como Frente Amplio vamos a levantar millones de personas que no votan, para que voten, y voten por nosotros. Me cuesta creer que eso pase; tiendo a creer que más bien van a ser las personas que siempre votan, y que son informadas, y que están atentas a lo que pasa, pero que esta vez van a estar disponibles a votar por nosotros porque quizás llevan varias elecciones esperando una propuesta como esta, y no ha estado disponible».
[Fotografías de Romina Valdés].
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Que lamentable que RD ; tenga las mismas practicas que otros partidos : al falsificar fichas de miltantes. Los humanistas lo han hecho muchas veces. También es sospechoso que don Pedro Lazo haya pedudo firmas en contra del oleoducto; cuando no era necedario; no sería extraño que algunas de estas firmas; aparezcan en el partido Poder. Porque muchos militantes de este partido se han parsado por varios partidos y ahí aprendieron .