Hace un rato, el miércoles 2 de agosto, una vecina de Maipú acompañó a su abuela al hospital, a un control cardiológico.
Aunque esta vive en Ñuñoa, se encuentra en casa de sus familiares a causa de su delicado estado de salud, a raíz de un reciente infarto.
Tras tomar un colectivo en Av. Sur con El Conquistador, enterado, el colectivero se ofreció a dejarlas cerca del metro, para que la señora no tuviese que caminar tanto.
Así habían llegado hasta Pajaritos, a un costado del Líder (imposibilitados de detenerse más cerca de la plaza, por los trabajos), cuando vino corriendo una carabinera:
«Le mostré los papeles. Le digo que mi abuela tiene 86 años y tuvo un infarto», cuenta la vecina.
Pero nada salvó al colectivero del parte. Indignada por el descriterio, ahora esta vecina quiere pagárselo, para lo que necesita ubicarlo.
Como «gordito y moreno» describió al conductor que les dijo que se fueran nomás, para que no perdieran la hora.
[ACTUALIZACIÓN] Vecina de Maipú encontró al colectivero buena gente
[Imagen referencial].
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Es increible que hagan eso y ni se preocupen de sacar el comercio ambulante de la plaza que ya parece perza y que no dejan ni caminar a las personas y esos comerciantes muchos de ellos no son de la comuna y lo unico que acarrean es mas robos y delincuecia de eso de vieran preocuparse y no de un colectivo que lo unico que hizo fue ayudar a una ancianita emferma este mundo esta locomar