
José Antonio Kast alcanzó el 58,16% de los votos, frente al 41,84% de Jara, en la segunda vuelta presidencial de Chile, consolidando una victoria amplia y clara para el período 2026-2030.
La Plaza de Maipú, corazón político y social de la comuna, fue nuevamente escenario de reacciones tras una jornada electoral decisiva. Este domingo 14 de diciembre, luego de confirmarse el triunfo nacional de José Antonio Kast como presidente electo, nuestro equipo salió a la calle para escuchar qué pensaban los vecinos de una comuna históricamente identificada como bastión del oficialismo y del progresismo en Chile.
Resultados en Maipú
Maipú finalmente se inclinó por Jeannette Jara, aunque lo hizo por un margen más estrecho de lo que muchos anticipaban. Con el 99,90% de las mesas escrutadas, Jara obtuvo 178.497 votos (52,37%), frente a 162.334 votos (47,63%) de Kast. Una diferencia acotada en una comuna donde la alta popularidad del alcalde Vodanovic fue uno de los principales activos utilizados para apuntalar la candidatura de Jeannette Jara.
No por casualidad, Maipú fue escenario de un masivo cierre de campaña ante cerca de 20 mil personas antes de la primera vuelta, apostando a ese respaldo territorial. Sin embargo, pese a ese despliegue, el resultado final mostró un margen estrecho que contrastó con las expectativas iniciales.
La voz de los maipucinos
A diferencia de otras elecciones, la Plaza de Maipú —punto neurálgico de la comuna— no mostró un ambiente festivo. Solo una veintena de adherentes de Kast llegó de manera espontánea a celebrar brevemente. Eran pocos, pero muy efusivos. Gritaron consignas, expresaron su alegría y, tras algunos minutos, partieron rumbo a la estación Los Leones, donde se realizaría la celebración oficial.
En paralelo, el resto de la plaza mantuvo un clima contenido. Vecinos que transitaban por el lugar expresaron opiniones diversas: apoyo, rechazo, preocupación y también resignación.
Así, Maipú cerró la elección reafirmando su identidad progresista, pero también dejando una señal clara: el mapa político local ya no es tan predecible. Lo que se escuchó en la plaza no fue euforia ni derrota, sino un diagnóstico compartido por muchos: el país cambió, y la comuna también empieza a sentirlo.


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