Alberto Pizarro, ex director del Serviu Metropolitano, trabajó con Alberto Undurraga y trabaja con Daniel Jadue. Quiere ser alcalde de Maipú y asegura contar con el apoyo de ambos. «Un gran sueño mío —dice— es tener vivienda municipal en arriendo a precio justo para los maipucinos que lo requieran».
—Podemos hacer la foto en la diagonal —le digo, en la Plaza de Maipú.
—Me encanta esa diagonal —me comenta.
—¿Por qué?
—Porque la diagonal en esta plaza es muy interesante. No solo porque una línea recta es la distancia más corta entre dos puntos y une dos puntos de la manzana de manera muy atractiva; además está sobre la explanada, que es un espacio maravilloso para convocarse, para juntarse. Y además separa la plaza nueva de la plaza antigua: en la zona norte, una plaza de remanso, de tranquilidad; y al otro lado de la diagonal, una plaza rápida, bullente, atractiva, a alta velocidad, como es la vida hoy día, en el siglo XXI.
—¿Le parece atractiva?
—Hoy no, se nota claramente descuidada. Pero el corazón está intacto. Como está Maipú: con su potencialidad intacta, pero descuidado. Hemos descuidado el living de la casa, está desordenado. Yo creo que eso es una tarea acuciante, es una tarea urgente, porque aquí es donde nos encontramos todos.
Alberto Pizarro fue responsable de la remodelación de la plaza cuando llegó el metro, como encargado de los espacios públicos durante la gestión del alcalde Alberto Undurraga, y la construcción del corredor Rinconada de Maipú, siendo director del Serviu Metropolitano.
Actualmente trabaja con el alcalde Daniel Jadue, como director de la Corporación Municipal de la Vivienda (lo que se conoce como la «Inmobiliaria Popular») de Recoleta.
«Yo quiero ser alcalde de Maipú», dice ahora él mismo.
—¿Por qué?
—Porque siempre he querido ser alcalde, y porque le tengo un cariño tremendo a Maipú. Quiero entrañablemente a este territorio y a su gente, así que me la juego por Maipú 100%.
Asegura contar con el apoyo tanto de Undurraga como de Jadue; consultado al respecto, espera que el de los partidos se vaya produciendo con el tiempo. «Si eso significa competir con otros interesados que legítimamente tienen la aspiración de llegar a la instancia a la que yo quiero llegar, competiremos. La democracia es eso, competir por un espacio en buena ley, y el que logra más adhesión es el que queda haciendo la tarea».
Se autocalifica como «un hombre de centro izquierda químicamente puro. Una persona independiente en lo partidario; no milito ni he militado nunca en un partido político».
Se me ocurre plantearle que haga un análisis FODA de la comuna, es decir, que me diga sus fortalezas, oportunidades y debilidades…
—¿Y las amenazas? —me pregunta…
Así que este es su análisis FODA de Maipú:
«Una de las principales fortalezas de la comuna de Maipú es su identidad, anclada en la historia, en la independencia. Otra fortaleza es su riqueza natural; otra fortaleza es su desarrollo, en los últimos años, en que ha crecido notablemente con buena infraestructura, con parques y con el metro. El desarrollo habitacional, que tiene múltiples zonas muy características, como las zonas habitacionales de los cincuenta y sesenta y como todo el crecimiento actual de buen nivel, con avenidas-parques, etcétera. Un territorio que puede dar excelentes condiciones para vivir».
«Yo creo que las oportunidades son que es una comuna tan poblada, en la que se pueden lograr altos niveles de participación —que es lo que echo de menos hoy día—, que pueden permitir que la búsqueda de las tareas a las que un territorio se embarca sean colectivas, no sean la idea de una figura, de una autoridad, de una gestión, sino que sean tareas a la que todos sean llamados. Yo creo que ahí hay una gran oportunidad, de recuperar esa participación, esa identidad de trabajar todos para todos».
«Las debilidades de Maipú están correlacionadas con los males que tiene la sociedad actual. Hay mucho problema con la seguridad; en los sectores más vulnerables hay graves males que empiezan a azotar a los ciudadanos, hablemos del tráfico, la droga, el problema que tienen los jóvenes con el alcoholismo y la drogadicción. Yo creo que ahí hay una debilidad que es propia de las dificultades de nuestra ciudad. Específicamente en Maipú, en función de las desigualdades: hay barrios mejor provistos que otros, barrios más atendidos que otros. Ahí hay una debilidad. Y no puedo desatender la debilidad que hoy día representa la administración municipal, en donde claramente vemos la desatención de muchos temas que para los ciudadanos son relevantes».
«Yo creo que las amenazas tienen que ver con que cuando en una sociedad no tenemos ideas claras que transmitirles a los ciudadanos, el peligro del desorden, de desviar el foco de la atención de las cosas importantes, cunde. A nivel nacional podemos hablar del peligro del populismo, y a nivel local podemos hablar de la desatención, de preocuparnos de cosas que son poco relevantes, que son coyunturales y que no van al centro de la vida de las personas».
—Me gustaría saber si usted tiene alguna de esas ideas claras de las que habla, sobre la comuna…
—Los doce años que yo trabajé en la municipalidad me permitieron entender muy bien cosas muy relevantes que se hicieron en el pasado reciente, desde el municipio, para Maipú. En la época de don Herman Silva, una de las cosas más importantes que se rescatan hasta el día de hoy fue el tremendo avance que hubo en términos de la urbanización de los barrios. Me recuerdo muy fuerte de los programas de pavimentación —desde los programas de pavimentos económicos y después los pavimentos participativos, en su etapa inicial, hace más de veinticinco años— que generó el cambio de la calidad en los barrios muy notoriamente. Después, en la administración de Alberto Undurraga, el fortalecimiento de la infraestructura. Los parques, las áreas verdes, la infraestructura del servicio de agua potable, la llegada del metro, el hospital. O sea, una consolidación de una infraestructura al nivel de la segunda comuna mas poblada de Chile.
—Y hoy día —prosigue—, yo veo fuertemente que la preocupación por la vivienda es un elemento que tiene muy inquieta a la ciudadanía. No solo porque he trabajado en el último año específicamente en materia de vivienda sino porque claramente la situación hoy día del acceso a la vivienda requiere ideas más osadas, nuevas estrategias, nuevas formas de desarrollar proyectos. Yo creo que Maipú en eso tiene un tremendo potencial, hay una disponibilidad de terrenos para la generación de proyectos habitacionales, Maipú es un municipio que cuenta con un patrimonio financiero que le permite lanzarse a proyectos atractivos en esta materia y hay una tremenda demanda de la ciudadanía. Hoy día, los mecanismos de acceso a la vivienda, restrictivos solo a que las familias más vulnerables accedan a una vivienda subsidiada, no logra atender a la mayoría de los ciudadanos maipucinos. Hay que entrar en estrategias donde el arriendo juegue un rol relevante y donde el municipio pueda ser un actor clave en la generación de una oferta habitacional que atienda a la gran población, que hoy día vive en condiciones de allegada en las viviendas de Maipú. Yo creo que ahí hay un foco de trabajo tremendamente importante.
«Un gran sueño mío —reafirma— es tener vivienda municipal en arriendo a precio justo para los maipucinos que lo requieran».
Exdirector del Diario La Batalla de Maipú.
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