Por Marina Palacios
El reconocido dirigente social y político vinculado particularmente a la causa de los pueblos indígenas, Domingo Namuncura, ha sido bastante requerido en estos días por los medios de comunicación, a raíz del episodio vivido por la ministra Izkia Siches en Temucuicui, el pasado 15 de marzo. Nos concedió esta entrevista en una ventana de sus actividades docentes en la Universidad Santo Tomás, en Santiago y sin olvidar a los lectores del diario laBatalla de Maipú, envió un gentil saludo deseando para este medio y su público “mucho newen, para que puedan lograr lo mejor de la vida”.
De acuerdo con su curriculum, formó parte en el movimiento de Derechos Humanos entre 1976 y 1990; fue cofundador del servicio Paz y Justicia y activo participante en los gobiernos de la Concertación. Asesor presidencial en los períodos de Aylwin, Lagos y Michelle Bachelet, fue nombrado por la ex presidenta embajador en Guatemala, el primero de origen mapuche, en toda la historia diplomática de Chile.
Desde su óptica ¿Cuál es el contexto histórico del tema mapuche?
“Lo primero que quiero expresar es que estoy muy contento con el momento actual, en su ámbito general porque tenemos una Convención Constitucional plurinacional con los indígenas como actores políticos, resolviendo lo que va a ser la presentación de un texto de la nueva Constitución que se va a hacer cargo de aquellos grandes temas que han sido siempre demanda de los pueblos indígenas, sobre reconocimiento constitucional, estado plurinacional, derechos territoriales y autonomía.”
“Lo segundo es que tenemos hoy el segundo gobierno de izquierda después de Salvador Allende, un gobierno de propósitos mucho más progresistas, lo que también ayuda a la causa indígena. Y tercero, existe una cantidad enorme de documentación, publicaciones, informes, tratados y leyes que actúan como un gran paraguas para esta demanda. Creo que estamos frente a las posibilidades históricas de avanzar en la solución.”
¿Qué es urgente de abordar?
“Tiene que ver con la restitución de aquellas tierras despojadas en parte por el Estado Nacional y por distintos núcleos de privados. A lo largo de la historia de Chile se compraron, se adjudicaron y se obtuvieron tierras de forma fraudulenta. Todo esto amparado por leyes. Y para ello hay que construir un diálogo político con los actores que están en el epicentro del conflicto.”
¿Quiénes son esos sectores?
“Fundamentalmente las Forestales, la Sociedad Nacional de Agricultura, y los Grupos Latifundistas -que todavía están radicados en el Sur-, y las autoridades indígenas más directamente afectadas. Además, con una propuesta de diálogo con objetivos bien definidos, se puede alcanzar una solución.”
Históricamente ignorados:
“Existe el dato histórico de 16 constituciones de América Latina, en las que todas mencionan a los pueblos indígenas de alguna manera, para bien o para mal dependiendo el período: Colonia, transición republicana, Estados nacionales. El nuestro fue el único país que nunca incorporó a los pueblos indígenas. Si se analiza una constitución chilena con lupa, buscando palabra por palabra, frase por frase alguna mención a los indígenas o pueblo originario, indios o primeras naciones, no se encontrará ni una sola referencia. Nunca. En la historia de Chile, el objetivo de expandir el territorio nacional con rapidez significó no dialogar con las comunidades indígenas, sino sólo avanzar en el dominio… luego la Pacificación de la Araucanía. Así, las heridas que hay en el llamado conflicto Estado- Pueblo Mapuche, tiene que ver mucho con esta historia.”
¿Cuál es la dificultad central de esta situación?
“Las forestales defienden que adquirieron esas tierras o que el Estado se las entregó y ellos la han hecho producir, que han generado riqueza y no es cosa de que vayan a dejarlas así no más. Además, los indígenas no saben manejar las tierras. Para abordar el tema hay que basarse en las experiencias de otros países como por ejemplo Nueva Zelanda con los maorí, Canadá con los Inuit o Colombia con su comunidad indígena. Ellos construyeron acuerdos políticos para la entrega de tierra y se pagó en un
plazo largo.”
Se dice que sobre la propiedad inicial de 8 millones de hectáreas que corresponderían a pueblos originarios se han devuelto unas 160 mil hectáreas. Si la mayor parte del territorio está en manos privadas, en una eventual negociación ¿El estado debiera asumir las indemnizaciones?
“En cierto modo, claro, el Estado es subsidiario de muchas cosas. Después del Decreto Ley 2568 del año 1979 de Pinochet que amplió el despojo territorial dividiendo las comunidades indígenas, parte de esas tierras fueron entregadas a las forestales. Entonces, cuando alguien me dice hay que invertir una carajada de recursos, sí, pero el Estado de Chile ha invertido para las forestales una cantidad de recursos que no alcanza el cuaderno para poner la cantidad de ceros.”
¿La falta de voluntad política para resolver el tema, también ha sido de su sector?
“Los gobiernos nuestros tenían un alto interés legítimo de sostener la democracia, apostar al desarrollo, crear bienestar económico. Gran parte de esos recursos provenían del mundo privado y a los grandes consorcios empresariales les bastaba arrugar la nariz ante el ministro de Hacienda para que el tema no tuviera cabida.”
Fuga de Capitales:
“El problema que tenemos hoy es como la espada de Damocles, este proceso puede implicar una cierta fuga de capitales, cuya señal yo estoy observando estas últimas horas con alguna inquietud, Algunas empresas forestales como Matte y Angelini ya comenzaron la venta de parte de sus activos a compañías internacionales. Ante esta complejidad, creo que lo más indicado es aventurar la posibilidad de una
negociación en que el Estado de Chile adquiera tierras forestales que tienen títulos de merced, es decir, que pertenezcan a las tierras ancestrales que fueron despojadas y mediante ese acuerdo se llegue a un consenso que permita que todo se resuelva relativamente bien.”
¿Cómo ve el rol del pueblo indígena hacia el futuro?
“Los pueblos indígenas van a tener un rol político protagónico en los próximos Congresos Nacionales.”
¿Se va a superar la idea de constituir un estado dentro de otro estado?
“Nunca ha sido planteado en el mundo indígena la idea de un separatismo, las aprehensiones han surgido por una desinformación. No va a pasar acá un fenómeno como el de ETA en España.”
Tal como lo detalla se ve un escenario pulcro el que existe en Chile ¿Hay narcotráfico y terrorismo en esta zona?
“Son un fenómeno nuevo que contamina el proceso fuertemente y se suma a las tradicionales situaciones de abigeato y de robo de madera. Son factores delincuenciales sobre los cuales el Estado tiene todo el derecho y legitimidad de aplicar todas las medidas necesarias que la Ley y la Constitución le otorguen para contener, detener y liquidar ese tipo de situaciones.”
Usted no ve el episodio de la recepción con disparos al aire a la comitiva de la ministra del Interior, como una demostración de fuerza ¿No ensucia este hecho el proceso, no lo traba?
“No, tampoco lo afecta mayormente pero sí genera una inquietud. Genera preguntas cuya respuesta hay que trabajar ahora como un asunto pedagógico, porque lo que yo veo que lo que ocurrió en Temuco y particularmente en Temucuicui tiene que ver más bien con un asunto de tipo formal, es decir, con ciertos protocolos, resuelto eso, el terreno está abierto para adelante.”
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