El camino de Pedro Delgadillo en el Concejo Municipal de Maipú

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«Voy a traer a las organizaciones al Concejo», anuncia.

El concejal Delgadillo la vio color de hormiga el año pasado. En agosto, cuando se votó la adjudicación de la recolección de basura.

Tenía, como toda persona en Maipú, conocimiento del Caso Basura. Pero en tanto Concejal lo tenía muy presente, y se preparó bien para afrontar la sesión respectiva.

Hasta que leyó que el diputado Lavín le había presentado al fiscal nacional una denuncia por presuntos sobornos en la licitación.

Ahí, a Delgadillo se le desplegó en el cerebro el retablo, habría que decir pestilente, del Caso Basura, y se fue al sur.

A Pucón, más precisamente. Allí, trató de desconectarse, lo que fue imposible. Su teléfono sonó y sonó, pero nunca contestó. A tal punto llegó el stress que fue a parar al médico:

—Me enfermó esa cuestión —dice ahora, en su oficina.

Deporte

No tenía nada. Delgadillo es un hombre saludable, merced al deporte que practica regularmente.

Corre en la pista del Bueras. Estima que el estadio en general no está tan mal, pero en ningún caso a la altura que merece el principal recinto deportivo comunal.

«Yo diría que una de las grandes falencias del año pasado fue la poca inyección de recursos a deportes», opina. Pero hay buenas nuevas, porque para este año se espera una inyección importante de recursos en el área.

Lo que le interesa, puntualmente, es la visibilización del deporte asistido. Las reuniones que ha sostenido con los funcionarios municipales del área que asumieron este año le han generado buenas expectativas.

Pedro Delgadillo es presidente de la comisión de deportes, pero asiste a todas las comisiones de trabajo a las que puede, compatibles con su trabajo de profesor de religión en el Liceo San Pedro Poveda.

Concejal

«Yo podría no hacer la pega y pasar sin pena ni gloria», responde, cuando le preguntan cómo es ser concejal:

«Mi responsabilidad es fiscalizar. Sin embargo, yo me he dado cuenta que uno puede ser un puente entre la administración y sus vecinos. Y eso implica un compromiso, estar en el territorio, ir al territorio, escuchar a la gente».

¿Cómo ha fiscalizado? Yendo a las oficinas respectivas de la Municipalidad, responde, cuando ha recibido alguna denuncia, y conversando con el encargado. «Y en algunas ocasiones, juntos buscamos cómo resolver aquello que los vecinos están denunciando».

Asimismo ha presentado algunas consultas a la Contraloría. «El año pasado, por lo menos tres, frente a ciertas temáticas. Por ejemplo, el servicio de mamografías, que fue un proyecto que se ejecutó y después pasó por Concejo para aprobar el pago».

Aprendizaje

Ha sido un camino de aprendizaje, piensa, este año y medio de ejercicio del cargo, para el que ha contado con el sustento de su equipo, conformado por Carolina Leyton y Priscila Romero, y la ayuda de los concejales experimentados:

«Alejandro Almendares, Abraham Donoso, Ariel Ramos y Marcela Silva son gente de mucho estudio, de mucha preparación en este ámbito. Estos cuatro colegas para mí han sido fundamentales, me han ayudado muchísimo».

2018

El punto al que ha llegado en ese camino del que habla es el de involucrarse cada vez más con la comunidad organizada. «En un año he podido ir relacionándome con la ciudadanía, con las juntas de vecinos, con los gremios».

Proceso en el que «la gente se va empoderando del rol que le corresponde. Porque siento que las organizaciones, los vecinos, y más el vecino común y corriente, que no participa en la junta de vecinos, que no participa en la organización de su sector, de su barrio, ha perdido la capacidad de empoderarse, y de pensar que son sujetos de derecho, y que les corresponden ciertos derechos. Porque, por último, son sus recursos los que se están utilizando en la administración municipal».

Mientras vacacionaba este año, en Pucón, aparte de que su oficina continuó funcionando y de que no dejó de recibir mails y llamadas telefónicas, no dejó de pensar en los funcionarios municipales desvinculados:

«Para mí ha sido siempre un tema recurrente, como problemática, el de los despidos de los funcionarios. Cuando estaba de vacaciones, ese fue un tema que me preocupó. Con qué vamos a encontrarnos. Más despido, más gente. Y lo más sorprendente es que se está despidiendo a gente que entró con esta misma gestión».

Su principal proyecto para este año es el de «estar más en terreno que el año pasado». «Yo quiero dedicarme mucho al territorio, a escuchar a las personas, a traer sus problemáticas. Voy a traer a las organizaciones al Concejo», anuncia.

Últimamente, se ha reunido con las y los vecinos de la Villa Próceres de la Patria y de El Abrazo, quienes le han representado una enorme sensación de inseguridad en aquellos sectores:

—Aquí hay problemas reales que no están resueltos —concluye—. Y recursos hay.