Jaime Farías Leiton (21 de octubre, 1948 – 19 de junio, 2025), reconocido por generaciones como el “sensei de los deportes”, falleció el jueves 19 de junio, según informó su familia a sus conocidos y más cercanos. Su legado, marcado por la entrega, el esfuerzo y la pasión por el deporte, deja una huella imborrable en la comuna de Maipú y en quienes lo conocieron.
Su historia ligada a Maipú
Hijo de un trabajador de la industria Pizarreño y de una madre dedicada al hogar, Farías creció en la población homónima, rodeado de canchas y sueños.
Desde temprana edad se destacó como futbolista, boxeador, maratonista y entrenador, convirtiéndose en un referente comunitario tanto dentro como fuera del campo deportivo.
“En esa época no teníamos otras entretenciones más que jugar a la pelota, y con mis amigos éramos unos privilegiados, porque teníamos la cancha al lado. Estaba todo el día practicando, y así fui aprendiendo los secretos del fútbol” recordaba con nostalgia en entrevista para La Batalla.
A lo largo de su vida, formó parte de múltiples selecciones locales, vistió la camiseta del Club Deportivo Magallanes y dejó huella en diversas disciplinas, incluyendo el kickboxing, donde entrenó al campeón mundial Herman Arias cuando visitaba Chile.
También fue voz y memoria del deporte maipucino desde los micrófonos de Radio Santiago Bueras, donde su estilo y conocimiento le valieron el apodo con el que se le inmortaliza hoy.
Su despedida
Su familia comunicó que el velorio se realizará el domingo 22 de junio en la Capilla Cristo Resucitado (Av. Sur 1350, Maipú) desde las 11:00 hasta las 20:00 hrs.
La ceremonia fúnebre será el lunes 23 a las 16:30 hrs. en la Capilla del Parque Manantial (Los Agricultores 60, Maipú).
El equipo de La Batalla le dedica un sentido homenaje y expresa sus respetos a su hijo Fabio y a toda su familia, destacando con gratitud la trayectoria de un hombre que vivió por y para el deporte. Que descanse en paz el eterno “sensei de los deportes”.
El “sensei de los deportes” no sólo formó campeones, sino también personas. Su legado no se mide en medallas, sino en el respeto de una comunidad entera. Maipú lo despide como vivió: de pie, con el corazón en la cancha.
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