«YO NO QUIERO LA PATRIA DIVIDIDA»

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«Pido a las personas de pensamiento humanista, sin importar el color político, credo o religión, policía o civil, «respeto». Que esta cualidad corone nuestras acciones, nuestras palabras».

«YO NO QUIERO LA PATRIA DIVIDIDA» (Letra de Pablo Neruda y música de Víctor Jara)

Soy chilena, con orgullo y humildad lo digo. Mis raíces llegaron a este país avecindándose desde la frontera (en ese siglo así se le decía) a la sexta región hoy. De la 5a. a 6a. generación vienen todos de afuera… moros, sefardíes, galos, germanos, anglos, peruanos, por supuesto latinos; y la mayoría de chilenos somos mezcla de muchas razas. Tal vez por lo mismo las valoro a todas.

Lucharon por quedarse en estas tierras, progresaron, dieron descendencia. Algunos participaron en la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana. Nunca contestaron las cartas, ¿quedaron en la sierra peruana entre tanto muerto? No lo sé. En qué batallón se fueron tampoco lo sé. Paralelamente en esos años Piérola (dictador en Perú) tenía su familia echando raíces acá, en «Chilito», me lo contaba mi abuela, mi padre.

Durante la dictadura de Pinochet tuve familia en la izquierda y en la derecha, militantes y simpatizantes, civiles y uniformados. Es doloroso ver cómo la patria es dividida en polarizaciones, y el pueblo de la autoridad. Marcamos el blanco y el menos claro, el negro y menos oscuro, el delgado y el ancho, el que tiene y no tiene, el que habla con acento y sin acento, el religioso del ateo, el político del que no lo es; diferencias lógicas en este río de la vida que en vez de detener nuestro progreso debieran enriquecernos.

Pido a las personas de pensamiento humanista, sin importar el color político, credo o religión, policía o civil, «respeto». Que esta cualidad corone nuestras acciones, nuestras palabras. Pido al «Gobierno y a los Trabajadores, y a Carabineros, Fuerzas Armadas», no levantar la mano, mucho menos con un arma contra tu hermano, otro chileno. Están en lugares opuestos, pero se parecen mucho. Se levantan cada mañana a luchar por sus familias. Porque tememos la pobreza y la miseria, no queremos hundirnos.

Autoridades, Carabineros, Fuerzas Armadas, ocupan el lugar que tienen, porque se los ha entregado el pueblo. No se levanten contra vuestros hermanos, respeten su «madre patria», agradezcan a Dios el suelo donde han nacido. No golpeen, no humillen, no denigren a quienes juraron proteger, en el nombre de Dios, que sus hijos no les conozcan así.

A ti trabajador, empleado, pescador, obrero, comerciante, profesionales, independientes, habitantes: no bajen los brazos, están en lo justo, pero no pierdan el norte ni la razón.

Y a los jóvenes, niños, estudiantes, universitarios, cesantes, que han llegado a un mundo voraz, que consume vuestro futuro antes de que comiencen a caminar por sí solos; les pido, les  ruego, porque sin ustedes no lo lograremos. A ustedes que tuvieron la esperanza de rehabilitarse, de ser un hombre, de hacer familia, a ustedes jóvenes que ven trunco su futuro, a ti niño que no has terminado la escuela, les pido «que la irracionalidad y la cobardía» no tengan justificación para aplastarlos; les pido una lección de grandeza, de conciencia, de disciplina y organización. Apoyen a sus adultos pues lo que hacen es por ustedes, reclamen, protesten por el abandono y la cobardía  del Estado Chileno hacia su gente sin romper alumbrado público, semáforos, paraderos, pues a todos nos sirve, por dónde caminará tu «padre» cuando llegue del trabajo, dónde se cobijará del sol o la lluvia si rompen todo lo que encuentran.

Organización y disciplina, pensar y trabajo social, con decisiones racionales, conscientes, justas, desinteresados, sin egocentrismos, por el bien común. Conozco, entiendo y respeto la frustración del que necesita, clama y no es escuchado. De toda crisis viene un cambio. Trabajemos unidos para que este sea bueno para todos. Nuestro pueblo no es lumpen, no son delincuentes, son personas que carecen, desesperadas, frustradas. A los más marginados de esta hipócrita sociedad chilena vamos todos juntos.

Nos observan, saben todos nuestros movimientos, saben qué pensamos, cómo vivimos. Por nuestras familias y nosotros, por nuestra tierra linda que nos vio nacer, tenemos voluntad y somos muchos más.

* Dueña de casa. Vive en Ciudad Satélite.

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