Alejandra Bustamante es funcionaria de carrera, lleva veinte años trabajando en la Municipalidad de Maipú. Aunque no vive en la comuna, tiene una historia familiar y personal que la une a esta desde el primer año de vida.
Es la actual administradora municipal, y durante estos días trabaja preparando el traspaso. No ha hablado con Catherine Barriga, pero sí con el futuro jefe de gabinete. «Nosotros heredamos un municipio con nuestro patrimonio endeudado, y lo hemos recuperado, y vamos a entregar nuevamente el patrimonio para que sea administrado por el municipio», dice en su amplia oficina.
También trabaja en la línea partidaria, después de las cinco y media, según precisa. Bustamante es candidata a presidenta de la Democracia Cristiana comunal Maipú, por la lista que también integran el actual SECPLA, Raúl Villagrán, y Eva Ureta.
¿Por quién votó para alcalde/sa en las recientes elecciones?
El voto es secreto.
¿Por quién votó para concejal?
Yo he votado siempre por una sola persona, que es Herman Silva.
¿Usted cree que las y los democratacristianos de la comuna votaron por Freddy Campusano, o por Christian Vittori?
No quisiera especular yo sobre un acto que es tan personal. Yo siento honestamente que el llevar dos candidatos llevó a una confusión, porque nadie podría desconocer que el proyecto que ejecutamos es un proyecto democratacristiano completamente, porque surgió de un candidato que gana en su momento la alcaldía, siendo democratacristiano, ¿quién podría negar que Christian Vittori es democratacristiano? Y en ese contexto yo fui invitada a participar de un proyecto que consolidaba principalmente el énfasis en las personas, por lo tanto cuando una administración centra su valor fundamentalmente en las personas, en el crecimiento de las personas, que las personas vayan ganando en espacio, en calidad de vida, sin duda en su proyecto que te seduce y que abraza la ideología que tú tienes.
¿Cuál fue el rol que cumplió Herman Silva en la disputa por la candidatura a la alcaldía?
Él como líder local generó las instancias de conversación, conversó en su momento con los líderes a nivel nacional, expuso la reralidad local por la que estábamos atravesando, y vemos que la sabiduría de un hombre mayor tampoco fue escuchada.
¿Y cómo dibujó él esa realidad?
Que había un alcalde en ejercicio que tenía mucha adhesión ciudadana, y que estaba con un proceso en el que nada le habian probado, por lo tanto no era una invalidante para que él fuera candidato. Ese contexto se expuso como mesa comunal y que, por lo tanto, desde esa perspectiva, debía mantenerse la posibilidad de que ese alcalde pudiese ir a reelección.
Eso fue antes de las primarias…
Antes de las primarias.
¿Y para qué sirvieron las primarias?
Es que habría que preguntarse si la gente quería primarias o no. Es que es ahí donde yo creo que parte el error a nivel nacional, de no entender las bases, no entender la realidad comunal. Había un sector interesado en una primaria, y yo creo que era un sector minoritario. Si había un alcalde en ejercicio, con un proyecto que partió como demócratacristiano, la lógica era haber priorizado.
Yo creo que las primarias son cuando tú no tienes definido quién podría ser, y tienes varias posibilidades, buenas cartas, como para poder llegar a una propuesta final. En este caso había un alcalde en ejercicio que tenía la prioridad. Y basta ver los registros de los ampliados, las bases plantearon abiertamente qué es lo que querían y qué es lo que no querían.
¿Y querían que se respetara eso de que quien tiene mantiene?
Pero claro, y uno podría decir: ¿para qué estamos como partido, si no vamos a ser respetados?
¿Cómo será la convivencia con una alcaldesa apoyada por la UDI?
Uno quiere que al alcalde en ejercicio siempre le vaya bien, porque si al alcalde en ejercicio le va bien, le va bien a la comunidad y a la gente. Sin duda tenemos proyectos distintos, desde el punto de vista de concepción del mundo, de concepción de sociedad, pero yo creo que hay coincidencias, en cuanto nos interesa que a Maipú le vaya bien.
Por lo tanto, yo creo que lo que hay que apoyar es que se puedan ir concretando proyectos necesarios para la gente, desde una oposición constructiva.
Uno podría decir en términos generales que siempre quiere que a quien rige los destinos de la comuna le vaya bien, pero eso resulta controvertible cuando esa persona tiene ideas contrarias a uno. ¿En qué se diferencia de plano un alcalde de la DC con una alcaldesa de la UDI?
Tenemos que ver cuáles son los puntos coincidentes, los divergentes, en materia de familia, en materia de seguridad pública. Nosotros creamos la oficina de la diversidad porque creemos que esta tierra es para todos, y por lo tanto es importante respetar cada una de las diversidades, y esperamos que estos espacios sigan siendo parte de la política pública. Asimismo habíamos empezado a trabajar con una política de inmigrantes, porque Maipú tiene una cantidad importante de personas que vienen de afuera, a las que hay que dar espacio y oportunidades para que se puedan desarrollar en una comuna que los acoge.
¿Cómo evalúa la gestión de Herman Silva a la cabeza de la DC Maipú?
Yo guardo un profundo respeto y admiración por Herman silva como político a nivel local, es uno de los mejores alcaldes que ha tenido Maipú, junto con el que sale ahora.
Como presidente de la mesa él siempre fue un hombre que llamó al consenso, intentó generar espacios, puentes de conversación con los distintos sectores de la Democracia Cristiana. Planteó en su momento, donde correspondía, en la presidencia nacional, el riesgo que había de que se presentaran dos candidatos.
Por lo tanto ejerció un liderazgo muy propositivo y muy positivo, diría yo.
¿Qué destacaría de la gestión del alcalde Vittori?
Lo que yo destacaría es que tuvimos un proyecto que fue construido con la comunidad. El alcalde desarrolla un programa de gobierno que construye con los partidos políticos cuando fue candidato la vez anterior, y también lo construyó con la gente. Y prueba de ello es que nosotros llevamos a cabo una serie de obras que estaban pendientes por muchos años. A mí me había tocado tener un rol en la administración anterior al alcalde Vittori, y habían muchas demandas ciudadanas pendientes que logramos materializar en esta gestión, y nosotros nos volcamos a los barrios, a la equidad territorial, a los proyectos que eran significativos para los vecinos, para las organizaciones sociales, para seguir consolidando lo que es el desarrollo social y comunitario. Desde esa perspectiva, yo siento que dejamos una comuna con muchas obras que son preponderantemente sentidas y que surgieron desde el sentir ciudadano: los parques, las sedes sociales, la incorporación de carreras técnicas en nuestros colegios municipalizados, la obra en cultura, el patrimonio cultural, nació a partir de la escucha que tuvimos permanentemente con la gente, que es para quien trabajamos.
¿Por qué las y los DC deberían votar ahora por la lista que usted encabeza?
Porque podemos dar garantías de volver nuevamente a las raíces de nuestro partido sin odiosidades. Construir desde las diferencias que cada uno pueda tener —y que son súper legítimas—, cuál es las mejor propuestas para poder seguir desarrollando y haciendo partido, y haciendo una colectividad fraterna que nosotros somos. El desafío es re encantar la política. La política está desprestigiada a nivel nacional. Y cuando hay un desprestigio de este nivel es súper peligroso, porque empiezan a surgir liderazgos que tú no sabes dónde van a terminar, y se produce una especie de estado de anomia, de falta de normas, y tú no puedes construir una sociedad que no tiene normas, que no tiene límites, o que no pone por lo menos algunos parámetros sobre los que te vas a mover.
¿Cómo piensa hacerlo para que llegue nueva gente al PDC Maipú?
La propuesta nuestra como lista es volver a las raíces que son nuestras como partido, es decir, mucha reflexión, mucha conversación, construir propositivamente desde las diferencias, no necesariamente tienes que pensar igual al otro, pero tienes que valorar al otro en su diferencia, y en esa diferencia construir una propuesta que te permita avanzar en la construcción del partido.
No sé si tengamos que traer más gente al partido, va a depender de cómo la gente se sienta convocada por el proyecto. Yo me atrevería más bien a decir al revés: nosotros tenemos que ser capaces de motivar a aquellos que son militantes activos, y ver si están por convicción. Hoy día nosotros no somos gobierno, por lo tanto vamos a poder trabajar en el casa a casa, el trabajo con la comunidad, hacer partido en la vida cotidiana. Tú no haces partido solo en una sede, ni solo inscribiendo gente, el partido se hace desde la convicción de lo que significa vivir en los valores humanista cristianos.